020

1.7K 350 180
                                        

Jin era alguien muy atractivo.

Tenía los ojos profundos, dulces y oscuros, con una nariz recta y fina, su tez blanca como la azúcar, unos labios carnosos y rojos y el cabello lacio, sedoso y chocolate. Era demasiado para la vista, y eso que no era su imagen real. Jungkook sabía de antemano que su real forma debía ser impresionante, pero no esperó lo que vio.

Porque Jungkook se quedó sin aire cuando Jin se transformó en el hermoso corcel con cuerno y alas gigantes, fuertes y majestuosas que en realidad era. Su cuerpo era totalmente blanco a excepción del cabello y cola que eran de un púrpura mágico.

El menor tuvo que tomarse un momento antes de poder montarlo y dejarse llevar donde sea que Jin estuviera por llevarlo. Se alzaron por los aires luego de un trote para impulsarse y Jungkook tuvo que sujetarse del cuello para no caer.

La ciudad estaba bajo sus pies, totalmente extraña para Jungkook; tan vacía, rota y llena de personas sin esperanza alguna. No podía creer que alguna vez había recorrido muchas de sus calles para entregar paquetes, conocerlas de memoria y ahora eran nada, solo testigos de peleas sin objetivo, de gritos de dolor y de muertes espontáneas ante la nueva enfermedad.

Estaba tan centrado en ella, que ni siquiera se dio cuenta de que estaban empezando a elevarse demasiado, yendo directamente por sobre las nubes. Jungkook cerró los ojos cuando lo hicieron y se sintió ajeno al mundo cuando se mantuvieron nadando en ese río de nubes.

De pronto, Pegasus se elevó aún más hacia el cielo y Jungkook pensó que algo estaba mal hasta que el cielo pareció abrirse cortándose hasta que se encontraron con el universo. Su boca no podía expresar lo que sentía, ni siquiera su cara podía hacerlo, mucho menos cuando Pegasus se posó en las estrellas, siguiendo un camino determinado hasta que entraron en un agujero negro.

Jungkook se mareó al entrar, sintiendo demasiada presión, frío y, al mismo tiempo, un calor abrasador. Sintió como daban un par de giros, a los cuales Pegasus ya estaba acostumbrado, pero Jungkook se aferró aún más, cerrando los ojos para dejar de ver esa oscuridad girando y girando.

Fue interminable para él que ni siquiera se dio cuenta de que habían logrado entrar y que Pegasus estaba quieto esperando que abriese los ojos para continuar el camino. Jungkook pudo despegarse cuando escuchó sonidos extraños, pero bonitos.

Curioso abrió los ojos y se encontró con un bosque con los troncos negros, con hojas turquesas, rosas, amarillas, todas luminosas. Con pequeñas esferas de luz moviéndose de un lado a otro, como luciérnagas que iluminaban el bosque. El suelo estaba lleno de césped verde luminoso con pequeñas gotas de rocío y Jungkook bajó con cuidado, sintiendo la grama abrazar sus pies y tobillos con cuidado.

Pegasus volvió a transformarse mientras Jungkook miraba el cielo totalmente blanco que estaba encima de ellos donde no existía el sol, al parecer. Sin embargo, el lugar no era frío ni menos, tenía una temperatura bastante agradable y las esferas de luz moviéndose le daban la iluminación suficiente que la carencia de sol no otorgaba.

"Vamos" Jin murmuró al cabo de unos segundos, acercándose a él un poco y buscando su mirada. "Debemos apresurarnos si no queremos que sea tarde para los demás."

"Tienes razón" Jungkook pareció reaccionar y observó como Jin comenzaba a caminar sin dudar, sabiendo el camino de antemano.

Decidió seguirlo lo más cerca posible, hasta que todo el lugar se transformó en un microsegundo y se detuvo de golpe ante la presencia en su espalda.

"Tae..." susurró, quedándose lo más quieto posible para sentir la espalda de Taehyung pegada a él.

"Lograron salir, es un alivio" Taehyung comenta soltando un suspiro feliz luego. "Pero ¿qué haces aquí?"

The way to Heaven - KookTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora