LA VISITA

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La mirada de Dan se ensombrece un poco y permanece en silencio por eternos segundos, supongo que tratando elegir las palabras adecuadas. Siento algo frío en la boca del estómago, más grande con cada instante que pasa. Las manos empiezan a sudarme. Sea lo que se que él vaya a decir más vale que lo diga de una vez.

-         Richard sigue vivo – comienza a decir y siento como si me quitara un peso de los hombros – pero su situación no es buena – trato de mantener la calma mientras maldigo mentalmente a la palabra “pero” por ser capaz de arruinarlo todo. Te amo, peroYo no quería, pero… está bien, pero… está vivo, pero…Un nudo se forma en mi garganta impidiéndome respirar con normalidad y mis ojos se llenan de lágrimas al pensar en como pudo haber terminado él.

-         ¿Qué le pasó? – pregunto con voz a penas audible.

            Dan toma mi mano para consolarme antes de responder.

-         Recibió la mayor parte del impacto. Aún no ha salido de terapia intensiva. Está inconsciente, tiene heridas internas muy graves y estará conectado a un respirador hasta que se recupere. Los médicos no le dan muchas posibilidades, pero yo no perdería la esperanza. Ellos tampoco creían que fueras a despertar, y aquí estás. Estoy seguro de que él va a seguir luchando.

            Siento un calor abrasador en mis ojos y la vista se me nubla un poco debido a las lágrimas; sin embargo, asiento a las palabras de Dan. Richard realmente es un luchador, él puede con esto.

-         ¿l-lo viste? – Dan niega

-         He ido a verlo en un par de ocasiones, pero termino en el pasillo enterándome más o menos de cómo le ha ido. Sólo dejan entrar a sus padres

-         ¿Padres? ¿Su papá está aquí?

-         Supongo – me contesta un poco desconcertado -, hay un hombre muy parecido a él que se la pasa para todos lados con su madre. Debe ser él.

            Siento como las lágrimas comienzan a correr por mi rostro. Estoy segura de que sería una gran noticia para  Richard saber que su padre ha venido por él.

            Dios, por favor has que despierte. 

            Daniel alarga un brazo hacia mí y comienza a secar mis mejillas tiernamente.

-         No llores Rachel. Ya verás como todo va a estar bien – me dice - Creo que ahora es tiempo de que duermas un poco, necesitas descansar

            Asiento y recuesto la cabeza de la almohada, esperando poder dormirme. Dan toma mi mano y comienza  suavemente a trazar figuras sobre mi piel con sus dedos. Justo antes de que el sueño me venza, sostengo su mirada por unos segundos.

-         Dan, creo que no tuve tiempo de decírtelo hace un rato, pero yo también te amo.

            Su sonrisa de lado es lo último que veo antes de hundirme por fin en los brazos de Morfeo.

            El día siguiente pasa relativamente tranquilo. Después de una larga y agotadora hora de discusión consigo hacer que  Dan se vaya descansar a su casa, a cambio de decirle a mis padres que estamos saliendo. Porque a penas desperté en la mañana él me dio el más conmovedor discurso pidiéndome que fuese su novia y yo acepté. Tal vez parezca algo apresurado, pero conozco a Dan mejor de lo que me conozco a mí misma, y además, he estado esperando esto por demasiado tiempo, como para pensar en decirle que no ahora que pasa. No importa si esto no luce como la mejor decisión luego de una situación como la viví. Estuve a punto de morir, y me di cuenta de que no puedo desaprovechar esta oportunidad. De hecho no voy a desaprovechar ninguna oportunidad.

25 Días AntesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora