Antes de la Ceremonia

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En la residencia Rengoku.

EL joven de cabello flameante corre por los pasillos del lugar como si fuera un rayo. Lleva aproximadamente 3 días sin poder dormir, puede que haya sido un pilar, pero también es un joven humano, algunas emociones son incontrolables y no logra manejarlas. Dá una revisión al jardín, ha plantado las flores favoritas de su novia y él mismo se ha encargado de mantenerlas saludables (incluso llegó a cantarles para hacerlas felices, como suele hacer Mitsuri). Lo siguiente es la casa, específicamente las habitaciones para las visitas, bien aseadas, con almohadas y futones de la mejor calidad, el suelo de madera brilla como cristal gracias a las pulidas extra que Senjuro les dio durante la semana. Perfecto. Lo último que queda es...

El mismo

Lucir presentable parece sencillo, sin embargo, si era para la familia de su prometida, entonces, nunca iba a ser suficiente. Se ha probado la mejor ropa que tiene y nada logra convencerlo. Se mira al espejo miles de veces, algo no está bien. Fija la atención en su cara y no le sorprende que sea ese parche lo que arruina completamente todo.

-Joven Kamado... de verdad tienes suerte de que al menos tu ojo sigue allí-

Desganado, pero suelta una irónica risa -No los culparía si doy una pésima primera impresión... yo mismo me siento desconfiado de mi apariencia-

Al otro lado de la puerta su hermano menor interrumpe la barrera de negatividad.

-¿Estás bien? Llevas casi dos horas aquí adentro. Kanroji san llegará en cualquier momento y... ¡¿todavía no estas listo?! –

El menor se apresura a buscar algo para su hermano y ponerlo presentable. Pero el agarre del otro lo detiene.

-Déjalo Senjuro, la ropa no es el problema-

Le mira con una sonrisa suave y rápidamente capta el problema

-tu dijiste una vez: "la llama de mi corazón nunca se apagará"-

se sienta a su lado

-eran tiempos difíciles y aun así mantuviste tu palabra, casi pierdes la vida luchando contra ese demonio. Perder un ojo es completamente superficial en comparación con todo lo que has ganado

Senjuro extiende sus manos para ganar su atención.

– veo que no te has dado cuenta: así que déjame enumerarte algunas cosas; uno; te volviste un pilar. Dos: Salvaste absolutamente a todos los pasajeros en aquel tren. Tres: Conseguiste el discípulo que tanto querías y se volvió un gran amigo. Cuatro: Pudiste unir de nuevo a nuestra familia. Cinco: Alcanzaste un nivel de poder que jamás imaginaste. Seis: El mismo discípulo que tu entrenaste fue quien mató a Kibutsuji Muzan. Siete: has cumplido tu deber con mamá. Ocho: Kanroji san pudo no haber dominado la respiración de la llama, pero se convirtió en pilar e incluso desarrollo esa marca especial gracias a tu entrenamiento y el constante ánimo que le brindabas. Nueve: Estabas enamorado de ella y fuiste correspondido, le pediste matrimonio y estas por ganar una esposa increíble. Y el número diez.... será una bella familia, sin duda, pero primero... debes darte cuenta de lo insignificante que es ese parche, es más, si fuera tu... me sentiría orgulloso de el –

Conmovido y asombrado por la sabiduría de su hermano menor, instintivamente lo abraza con todas sus fuerzas.

-Gracias Senjuro, estoy honrado de ser tu hermano

Kyojuro vuelve a ponerse de pie, con determinación ardiente en su mirada.

-¡UMU! Hagamos esto de nuevo, daré lo mejor de mi-

La puerta de la habitación es azotada con fuerza para revelar al padre Rengoku con una mirada algo irritada.

-¡Kyojuro! ¿Qué rayos haces aquí escondido? Los invitados llegaron y tu sin aparecer-

¿Flama de amor? o ¿Amor en llamas?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora