Las horas que quedaban de clase pasaron lentas,muy lentas. Hasta que por fín sono la campana. Recojo rápidamente y me siento en la mesa,esperando que salga todo el pelotón de mi clase para salir la última.
Cuando por fín salieron todos mis amigos,decidida a que no habia nadie por los pasillos de cuarto,decidí salir yo.
Me dispuse a salir por la puerta cuando noto una sombra a mi derecha,giro la cara y le veo ahí,apoyado en la pared,con las piernas cruzadas y mirando a la pantalla de su móvil.
Nota mi presencia y rápidamente clava sus ojos en mí.
-¿Qué haces aquí todavía? -Pregunto curiosa.
-No se,me apetecia esperarte y acompañarte a tu casa y así en el trayecto me cuentas por qué te has ido en el recreo. -Dice Daniel.
-Bueno venga,salgamos de aquí.
Bajamos las escaleras y salimos de aquel edificio.
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-...Y eso es por lo que me he ido,no se.. -Digo mientras clava sus ojos en los mios.
-Pero no seas tonta,que esté el no tiene nada que ver. Si habla de ti bueno... el es así,pero cambiara.-Me asegura Dani.
Sin más nos encontramos en la puerta de mi casa.
-Dani,en poco tiempo,quizás en un día me has echo reir,me has sacado sonrisas... -Me paro y veo que sonríe- Me has escuchado y soportado,que no cualquiera tiene esa paciencia. -Reímos- y... te has ganado mi amistad. Me has demostrado en unas horas que has cambiado y por eso confío en ti,no hagas que me arrepiente.
-Valeria... en serio que estoy muy arrepentido de todo lo que te llevo haciendo durante todo este tiempo,de verdad,te compensaré por todo,a cada lágrima que has derramado por nosotros,la cambiaré por una sonrisa,te lo prometo. -Sonríe y me posa su dedo en mi barbilla- No te lo he dicho antes pero vales mucho,me he dado cuenta que eres un oro de niña.
-Yo.. yo tengo que entrar en casa ya.. -Me despido de él mientras saco las llaves para entrar- Adiós,y gracias! -Nos despedimos con la mano,y hasta que no se va,no entro en casa.
Entro y apoyo la espalda en la puerta y me dejo resvalar hacia abajo. El corazón me va a mil y el problema es que no se por qué. Sinceramente,me gusta estar con Daniel,es un chico agradable y simpático, ahora que mas o menos le conozco bien, estoy convencida en que estuve en lo cierto que acerté en darle una oportunidad,ya que,para errores siempre existen las oportunidades. Subo a mi cuarto y dejo las cosas apoyadas en el armario y me siento en la silla giratoria que hay justo en frente de mi escritorio.