Capítulo XIV

317 30 101
                                    

¡Por fin!, en realidad este capítulo ya lo tenía bastante avanzado y por una u otra razón no había podido terminarlo, darle un cierre, también por cuestiones de que habló de la asiedad, sonará a chiste pero llegan los recuerdos de vietnam y eso me baja un poquito el ritmo, igual quería hacer este capítulo pesado, demasiado pesado por el título, pero me pareció mejor dejarlo como está, después de todo, creo que en todo el fic ya se ha hablado de como le sufre Harry y traté de hacerlo un poco más llevadero.

Ahora, al final habrá una pregunta, otra, que me gustaría contestará con sus intereses, sobre todo porque es algo que se habla en el capítulo y no sé si dejar el dato a la deriva o mejor explicarlo mejor, sería como un bonus (otro), así que, pues nada, nos leemos.

.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.

Capítulo XIV

Ansiedad

O de cuando Harry se dio cuenta que tenía que vivir con ella.

Tensó, era como sentía el ambiente, demasiado tenso y estaba seguro que le quedaba demasiado corto, pero su vocabulario no encontraba en ese momento otra palabra para describir mejor la situación, simplemente tenso.

Cuando terminaron de arreglarse, lo más rápido posible porque estaba seguro que su padre subiría de nuevo en cuestión de segundos si se seguían tardando, bajaron algo preocupados e incluso Harry se sentía con miedo, las ideas de un pasado no tan alejado comenzaron a inundar su mente, porque quizá había llevado las cosas demasiado lejos, quizá había pasado el límite, apenas estaba tratando de recuperar la relación con sus padres y ya había cometido una tremenda estupidez, se había estado manoseando con Draco y era probable que su padre lo tomara como una gran ofensa y aunque no quería, una voz en su cabeza le estaba diciendo que de nuevo lo mandarían con Sirius, porque había roto una regla, no sabía bien cual, pero era obvio que había roto una. Fue con ese pensamiento que se detuvo a mitad de la escalera, sintiéndose de pronto demasiado acelerado, pequeño y vulnerable, no estaba bien, no se estaba sintiendo bien, tuvo que agarrarse con fuerza del barandal para sentirse en contacto con algo real, que estaba ahí, que todo eso estaba pasando, pero también para recordarle los problemas que iba a tener, que era posible iba a sufrir.

-Tranquilo – dijeron a su lado, un tono bajo de voz al mismo tiempo que un brazo le rodeaba por los hombros, - respira – dijo de nuevo buscando tomar con su mano libre la del chico que se encontraba poniendo demasiada presión en el pedazo de madera, haciendo incluso que la piel comenzara a verse poco a poco más pálida, trataba de aflojar el agarre, que relajara solo un poco los dedos. -Respira conmigo – dijo de nuevo buscando que la oreja de Harry quedara sobre su pecho, -sigue el ritmo de mi respiración, juntos - siguió explicando inhalando de forma lenta, exhalando a la misma velocidad, - respira conmigo Harry.

Y aunque podía escucharlo, le parecía tan lejano, podía sentir el tacto en sus dedos y más que tranquilizarlo solo ocasionó que apretara más, no quería soltarse, no podía soltarse, no debía hacerlo, si lo hacía tenía que moverse y estaba seguro de no querer hacerlo, no todavía. Tomo aire, sintiendo que no era lo suficiente e incluso giró la cabeza, separándose del otro para ver hacia su habitación, se había sentido seguro ahí y una parte de su cuerpo quería regresar corriendo a ese lugar, no salir.

-Harry - llamó de nuevo soltándole, colocándose frente a él, un escalón debajo, tomándole de las mejillas, obligándole con algo de fuerza a que girara para verlo, - veme, escúchame - pidió tratando de llamar la atención del otro, no sabiendo bien que hacer, todos los trucos que su madre una vez le había comentado no llegaban a su cabeza, tenía que pensar en algo. -Harry, ¿cuántos días a la semana entrenas? - pensó en números algo tenían que ver los números eso lo recordaba, pero para poder conseguir que la conversación fuese en esa dirección tenía que actuar rápido y llamar la atención del chico, más porque estaba viendo como apretaba más el barandal y como la otra mano estaba buscando apretar el antebrazo del contrario, era obvio lo que quería hacer, lo que estaba buscando hacer, iba a lastimarse, de una u otra forma estaba buscando hacerlo. - Harry, ¿cuántos días a la semana entrenas? - preguntó de nuevo sintiendo que había subido la voz, esperaba que alguno de los hombres que se encontraban esperándolos subiera, no importaba cual.

La caza de HarryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora