Capítulo 17

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-Alexander. -dije volteándolo a ver.
-Hola, no te había visto, Isabelle. Te he estado buscando toda la fiesta, por fín te encuentro. -me dijo con una hermosa sonrisa.
-También te estaba buscando. -dije bajando la mirada y con una sonrisa en alto.
Alexander me sonrió.
-Tenemos una conversación pendiente. -me dijo.
-Eh... Si, pero quedamos el Lunes, ¿No es así? -pregunté.
-¿Porque no ahora? Y también el lunes. -me dijo.
-Esta bien. -le dije algo insegura.
-¿Vámos a hablar, ahorita? -me preguntó.
-Ya voy. Solo... Emmm... Te espero afuera en el jardín del salón. -le dije.
-Okey. Te veo ahí. -me dijo dirigiendose al jardín.
Fuí corriendo al baño, después de hablar con Alexander. Me encerré en uno de los sanitarios y vomité la comida. Espero que en verdad esto funcione, porque no veo ni el más ligero cambio, respecto a mi peso. Me veo en el espejo y no puedo evitar sentirme culpable por comer, soy gorda y no sé porqué no me veo más delgada. La báscula de peso me engaña me dice que peso 46 kg. Según esto ya perdí 3 kg, pero yo no veo ningún cambio. Ni uno.
Me tomé unas mentas y fuí al jardín. Ví a Alexander y fuí con él. Se encontraba en una mesa de jardín, para dos personas. En la mesa hay un jarrón azul con flores blancas y rosas. Estaba muy bonito. Me acerqué y me senté en una de las sillas, en frente de Alexander.
-Hola. -le dije con una sonrisa.
-Hola. -me contestó y me devolvió la sonrisa.
-¿De que querías hablar? -le pregunté.
-Emmm... Bueno quería saber... ¿Porqué vomitaste? En mi casa, te escuché y me preocupé por ti. -me dijo.
-Estaba enferma. -le dije.
-¿Enferma? ¿De bulimia o anorexia? -me preguntó muy seguro, como si ya estuviera enterado de mi situación y tuviera la repuesta en sus manos.
-No. -le dije seria.
-No te creo, Isabelle. -me dijo.
-¿Si no me crees, entonces para que me preguntas? -dije empezando a estallar en forma de rabia.
-Quería saber, si me tenías confianza o no, para contarme las cosas. -me dijo seriamente.
-¿Cómo esperas confianza, si te acabo de conocer? Te conocí en un encuentro de las escaleras y en tu casa. Solo han sido dos veces en las que hemos hablado. ¡Ni siquiera sé tu apellido! -le dije algo molesta.
-Tienes razón. Solo han sido dos encuentros y no sabes casi nada sobre mí. Pero yo te juro por mi vida y por mi familia que te voy a ayudar si tienes problemas, nadie más se enterará. Yo no diré nada, lo juro, Isabelle. Solo quiero saber ¿Qué te pasa? Porque me importas. -me dijo con toda la sinceridad que me puede dar, lo sé porque lo veo en sus ojos, en su mirada. Sé que no miente y sé que me va a apoyar. Le diré mi secreto, le contaré lo que me pasa. Porque confio plenamente en él y lo amo.
-Yo... Confio en tí. Ya me diste tu palabra y te creo. Lo único que te pido es que no me descepsiones, que sigamos siendo amigos y que no le digas a nadie lo que te voy a contar. ¿Puedo confiar en ti? Alexander, porque... No me gustaría sufrir más, si me desilucionas.
-Te doy mi palabra Isabelle. Confía en mí. Creeme, porfavor. No le diré a nadie y no te voy a descepsionar, jamás lo haré. -me dijo con una mirada segura.
-Gracias. -pronuncié. -Lo que me pasa es que...

IsabelleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora