Capítulo 9

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Complicidad

Participación de una persona junto con otras en la comisión de un delito o colaboración en él sin tomar parte en su ejecución material. Una relación que se establece entre las personas que participan en profundidad o con coincidencia en una acción.

Complicidad

Esa breve mirada con la que se saludaban todos los días, cada mañana al encontrarse en la escuela, conscientes de aquello que ocurría todas las noches, aquello de lo que solo ellas sabían.

Una furtiva mirada cómplice y una sonrisa juguetona era todo lo que la alfa necesitaba en la mañana para saber que la beta disfrutó de su visita, de su compañía y de sus caricias. Era suficiente para subirle los ánimos. La azabache incluso había comenzado a saludarle con un abrazo de la noche a la mañana, gesto que por cierto le encantó, aquellos abrazos que Marcy le brindaba eran tiernos, cálidos, gentiles y lo suficientemente amorosos como para no querer soltarla en un buen tiempo. Al parecer la beta no estaba del todo satisfecha con todo aquel contacto físico que se ofrecían en las noches y que decir de Anne, la alfa estaba igual o peor que su compañera, lo de las noches ya no era suficiente y si antes solía rechazar cualquier muestra de afecto pública de la azabache ahora no le molestaba en lo absoluto, ahora recibir algún toque de la canina era como un premio.

Un premio que tal vez estaba perdiendo.

Con el pasar de los días Marcy se mostraba más reservada, si bien no se apartaba de su lado aquellos toques que antes solía rechazar eran menos y algo más...

¿Dudosos?

¿Tímidos tal vez?

No comprendía por qué, la beta siempre le saltaba encima al emocionarse o cada que le respondía una pregunta y de un momento a otro simplemente dejó de hacerlo, dejó de tomarle las manos cada vez que tenía una idea, dejó de intentar acariciar su mandíbula tanto como antes, simplemente redujo sus muestras de afecto al punto en el que a la alfa le era raro recibir alguna caricia aparte de un abrazo mañanero. Varias veces se preguntó si había echo algo para incomodarla o asustarla pero al final no encontró nada, verdaderamente no le hacía sentido.

Si tanto miedo le tenía. ¿Por que le recibía con los brazos abiertos cada noche?

¿Por qué le permitía cada caricia?

¿Y por qué correspondía cada una de ellas?

¿Acaso era la beta quien ahora no quería mostrar afecto en público?

No, no podía ser eso, es decir, si lo fuera.

¿Por qué el abrazo cada mañana?

Su mente estaba echa un lío. Cada día sentía que necesitaba más a la azabache a su lado y cada día esta parecía cerrarse más, justo cuando comenzaba a disfrutar de aquella atención especial. Algo que igual le confundía era la mirada que su compañera le dirigía todo el tiempo, podía ver en esos hermosos orbes esmeralda el deseo de andar cerca de ella, de hablarle o brindarle una caricia cualquiera pero tan pronto levantaba una mano en su dirección sus ojos reflejaban un miedo que no comprendía, una timidez que nunca antes había visto y justo como le acercaba una mano la alejaba a último minuto.

Marcy nunca le pareció el tipo de chica tímida. ¡Por favor! El primer día de clases, sin conocerla, la beta literalmente se le lanzó encima tan pronto aceptó responder sus preguntas.

Desde el primer día dejó en claro que no sabía lo que era el espacio personal.

Desde el primer día la morena tuvo que repetirle varias veces que se alejara.

Te Quiero A Ti - (Marcanne)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora