Warrior

Capítulo 8

Este capitulo salió mucho más largo de lo que tenía planeado, y aún me faltan cosas que contar sobre el rieno de Jann, en fin espero lo disfruten y esperen el próximo capitulo :) Gracias por leer mi historia.
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Cole iba cabalgando tan rápido como su caballo podía, Daniel se había asegurado de darles los caballos más rápidos a cada uno de los viajeros. El viento en su rostro lo hacía sentirse vivo, como si hubiera batallado por años y finalmente regresara victorioso. No era así. Volvía a su reino a pedir ayuda para Sirius, se imaginaba lo que su hermana mayor diría… “no vuelvas, quédate conmigo”. Y él… él querría quedarse y vivir en paz, ignorar todo lo demás, envejecer con su hermana a su lado. Pero, por las noches vería a Sirius en llamas, lleno de destrucción. Cerró los ojos y sonrió un momento, abriéndolos con un nuevo brillo decidido, quisieran o no ayudarle, él volvería a Sirius y moriría batallando por el reino. Después de todo era su hogar.

Sirius era su hogar, su verdadero hogar, le lugar donde había descubierto lo que era una familia, el lugar dónde había aprendido a darlo todo por su pueblo, a sacrificarse por el bien de unos. Dejó escapar una carcajada sin saber por qué. Quizá era que encontrara cómico el volver a su reino cuando su hogar estaba en un lugar donde había pasado hambre, donde había visto morir a sus amigos, donde la guerra los destrozaba, donde no había conocido lo que eran las comodidades, donde lo esperaba una niña convertida en adulta y una adulta que había dejado de ser niña para recuperar su trono. Sonrió, él no respondía a los reyes de Jann, ya no. Luna era la reina de Cole, Sirius era el lugar al que pertenecía, con Jane, con Daniel, con Joseph y Kyle y Lucas. Volteo a ver a su acompañante, ella lo miraba curiosa pero sin decir una sola palabra. Alanis también era hogar.

Siguieron cabalgando hasta entrada la noche, pequeños descansos de vez en cuando. Al llegar a la última hora del día vieron las enormes puertas del reino. La sonrisa se desdibujó de sus labios al ver a los guardias en la entrada. Jann nunca había necesitado guardias en sus puertas. Lo recordaba con claridad, recordaba que de pequeño había salido a jugar en repetidas ocasiones, siempre estaba libre de ir y venir, solo necesitaba la compañía de un adulto o de su hermana mayor. Se detuvo unos pasos antes de llegar a las puertas, los guardias le apuntaban, Alanis se quedó unos pasos atrás de él con la mano en el arco que llevaba en la cintura.

-          ¿Quién quiere entrar en las tierras de Jann? – Le gritó uno de los guardias. Cole se quitó la capucha de la cabeza y los miró con seriedad.

-          El príncipe Colton Parker ha vuelto y ustedes me impiden la entrada a mi reino. – Los dos guardias lo miraron asombrados y luego comenzaron a reír, corrieron hacia el príncipe y lo ayudaron a bajar del caballo.

-          Cole, amigo, no sabía que volverías tan pronto. – Entonces reconoció al guardia, Cole sonrió abiertamente.

-          James. – Se abrazó al enorme hombre que tenía en frente y levantó la mirada brillante. – Te he extrañado, a ti y a todo este pueblo.

-          Tu pueblo te ha extrañado también. – Cole se apresuró al lado de Alanis y la ayudó a bajar del caballo. – Nos encargaremos de tus caballos, entra y ve a la sala de los reyes, estoy seguro de que estarán contentos de tenerte de vuelta. – Cole estrechó la mano de James y sonrió, pero el otro hombre se puso serio. – Lamento lo de David, cuando Max nos dijo… no podíamos creerlo.

Cole asintió sin decir nada, ofreció su brazo a Alanis y comenzó a caminar en silencio. Alanis no dijo nada, solo apretó levemente el antebrazo de Cole, y él lo agradeció. David había muerto luchando lado a lado con Cole, como era su deber, había batallado como nunca, había demostrado ser valiente y fuerte, y había muerto. Tanah lo había matado, no directamente, pero todas las muertes de ese reino eran culpa de Tanah. Ya no habían personas que murieran de ancianos, todos morían de hambre, por enfermedades, asesinados, nadie moría de edad avanzada.