Cap 11: Palacio de rarezas

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Guardó los papeles en los cajones, para apagar las luces y cerrar con llave el salón que le asignaron este año. Después de pasar horas extra de revisar y crear nuevas actividades para los alumnos pudo dar un simple respiro.

Tenía más trabajos que una 'simple' labor de profesor. Ser padre de dos mocosos y darles valiosas lecciones de supervivencia fue algo tan extra en mantener completamente su vida ocupada. No tiene tiempo para el mismo desde hace...¿años?, pero pronto llegará el momento. Actualmente había muchas cosas que resolver.

Nikusa le había comentado de algunos temas como también lo hizo Aldryx. Las sospechosas llegada de los guardias demonios, con la idea sorpresa que podían estar vinculados a la familia Dearest, con la que tuvo escaso contacto como para saber algo a parte de preguntarle al comité o al mismo director. Aunque después de cierta reunión se eliminaron completamente, así que se podía decir que resolvieron bien las cosas.

Por muy extraño que suene para él, no ha venido Agoti a quejarse por un buen periodo de tiempo o al menos acercarse para pasar un rato a hablar. En las últimas dos semanas a lo .mucho no ha ocurrido nada desde una pregunta y un portazo.

Ya sabía que Aldryx estaba encargándose de vigilar al digidevil negro. Pues no dudaba que estaba haciendo un buen trabajo, hasta ahora veía que ambos en su actitud ha sido la mejor al no recibir reclamos continuos en el historial. Las probabilidades de expulsión habían bajado.

Sin necesidad de la llave pudo abrir el cuarto observando la tranquilidad que enmendó el mismo ambiente. Apenas unos cuantos pasos dejó su chaqueta en el perchero.

Se detuvo un poco en seco al escuchar el mar de risas provenientes del cuarto de su hijo menor, no tenía que ser raro. Sin embargo, al pasar unos minutos con tal de escuchar podía entender que se encontraba hablando con alguien. Seguro estaba jugando o entreteniéndose así que lo dejo pasar. Iba a hacer lo típico de irrumpir en la privacidad, pero no quería complicar más las cosas al menos por estos días.

Entró a su respectivo cuarto que estaba solo decorado con unos cuadros de rostros de la familia y cristales con olor aromático. Vio la pizarra mediana aun con la investigación y lo que quedaba de los días en que buscaba desesperado a su hijo. Nunca llegó a sentir el sentimiento de tristeza puro, ya que como Solarsappien era difícil sentirlo. Sin embargo ese sentimiento de amargura al desconocer el paradero de Agoti lo llevaron a mover mar y tierra para encontrarlo.

Agregó que estaba aplicando otra forma de seguridad de todos junto con la privacidad de sus vidas. Tal vez al estar expuestos demasiado hizo que los vulneraran fácilmente. Era difícil, ya que no funcionaba siempre pero estaba coordinando para hacer el mejor método.

Observó el horizonte por la ventana con la vista simple de la escuela. A medida que el tiempo transcurría lentamente desempolvó con un trapo las teclas de su piano. Apretó los nudillos, tocando vagamente cada tecla sin la intención seria de tocar algo completo.

Penso mucho en la música, un medio que le traia paz y tranquilidad. Pese a las grandes habilidades que tenía no le gustaba la idea de revelar su talento a un público, darle esa oportunidad a sus hijos en enseñarles fue lo mejor en etapa de conexión con ellos. Les dio una carrera y trabajo asegurado para el futuro. Ninguno de los cuatro estaban en línea de sangre, pero eso no les interesaba para considerarse como familia.

Esbozo una sonrisa que pese a lo escalofriante que es dicha expresión en su cara, al hacerlo fue sincero accediendo a sus sentimientos actuales.

Mientras tanto Agoti estaba de boca abajo en su cama con el celular en su mano y con los cuadernos fingiendo hacer tarea cuando realmente estaba en llamada. "¿Acaso me estas escuchando?" Insistió dando una ligera carcajada ante el gruñido del excompositor.

Desprevenido | Tagoti  [ENTITY]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora