Es un niño malo

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-Viste, maestra...-Sollozaba la pequeña Lindsey.-Frank me hizo daño...

-¿Me dices que te mordió la mano?

-Sii.-Puso ojos de cachorrito.-¡Frances lo vió, maestra! ¡Es un niño malo!

La rubia asintió y Lindsey tapó sus ojos nuevamente, volviendo a llorar.

-Ella no hizo nada, es verdad. Frank es malo.-Confirmó Frances.

La mujer se quedó sorprendida ante aquello. Frank solía ser un niño muy tranquilo en clase, y nunca había tenido ningún problema con nadie.
¿Qué habría pasado?

-Vamos, hablaremos con él.-La maestra tomó las manos de sus alumnas y juntas fueron hacia el arenero donde estaban los otros niños.

-Mira, ¡Ahí están!-Señaló Lindsey en cuanto los vieron a lo lejos.

Estaban todos riendo y jugando. Hayley fue la primera en darse cuenta de que su profesora estaba llegando hacia ellos junto con Lindsey y Frances.

-¡Hola!-Dijo la mujer.-Me gustaría hablar con ustedes.

-¿Qué pasó, maestra?-Preguntó Hayley algo confundida. Los demás dejaron de jugar para escucharla.

-Lindsey me dijo que Frank le mordió su mano. ¿Es eso cierto?

El castaño miró con ojos de cachorrito a la mujer. No quería que se enfadara con él.

-S-si, profesora...-Agachó la cabeza.

No sabía qué decir, y no quería decir una mentira, pues como su mamá siempre le decía: «Mentir está mal, eso lo hacen los niños malos»

-¿Pero por qué, Frankie?-La mujer no entendía el motivo de su comportamiento.

-Pues...Estabamos jugando a papás y mamás, y Lindsey me dijo que yo tenía que ser el perro y yo no quería. Entonces ella me regañó, me dijo "¡Perro malo!" y la mordí.-Miró a la mujer con mucha tristeza.-¡No quería hacerla daño, maestra! ¡Lo siento mucho! ¡Yo no soy malo!-No pudo aguantarse más y echó a llorar.

-Ay, Frankie...-La profesora se acercó a dar un abrazó al castaño.-No llores, vamos a solucionarlo. Lo primero que harás será pedir perdón a Lindsey, ¿Si?

Ella sabía que Frank estaba arrepentido con todo, pero el protocolo le exigía tener que enseñar a los niños a resolver conflictos, tenían que aprender a disculparse si hacían algo mal.

El castaño asintió apenado y se dirigió a la niña de las dos coletas.

-Perdón, Lindsey...-Dijo con la cabeza gacha.-No volveré a lastimarte.

La niña cruzó sus brazos y miró a Frank.

-¿Qué tienes que decir, Lynz?-Le animó la profesora.

-Pues...

-¿Perdonarás a Frank?

Miró a la mujer con un puchero en sus labios y supo que no tenía otra opción. Tenía que perdonarle.

-Si. Te perdono, Frank.

-¡Muy bien!-Dijo la mayor con una sonrisa.-Ahora tienen que darse un abrazo.

Ambos niños se acercaron entro ellos y se dieron un rápido abrazo, mientras observaban a la profesora.

-Bien, chicos. Estoy muy orgullosa de ustedes. ¿Seguirán jugando? Aún tienen algo de tiempo libre.

-Sii.-Dijo Hayley enseguida. Bert, Jamia y Gerard sonrieron detrás de ella, de acuerdo con su amiga.

-Está bien, los dejo solos. Luego vendré a buscarles para regresar a clase.-Sonrió y se marchó de nuevo a la sala de profesores.

-¿Seguimos jugando a papás y a mamás?-Preguntó Gerard tímido cuando volvieron a quedarse solos.

-Vale.-Dijo Lindsey.-Pero sin él.-Señaló a Frank.

-¿Pero por qué? Te pedí perdón, ¿No volvemos a ser amigos?-Preguntó con tristeza en la voz.

-Si él no juega, yo tampoco.-Lo defendió Gerard tratando de verse firme.

-Ni yo.-Añadió Hayley.

-Ni yo.-Se sumó Jamia.

-Yo tampoco.-Dijo Bert.

Frank notó una sensación rara que nunca había sentido antes, recorrer su cuerpo. Todos estaban defendiéndolo, y lo preferían a él antes que a Lindsey.

Sentía ganas de llorar por lo que le había dicho la pelinegra, pero también se sentía muy feliz de tener aquellos amigos.

-¿Prefieren a Frank antes que a mi? ¿Esto es enserio?-Preguntó Lindsey muy ofendida.

-Si.-Contestó Bert.

-Tú no paras de darnos órdenes y el juego así no es divertido.-Dijo Jamia. Muchas veces era callada, pero cuando se molestaba siempre tenía algo que decir.-Con Frank si que nos divertimos.

-Yo si me divierto jugando contigo, Lindsey.-Añadió Frances al ver que la pelinegra se había puesto a llorar nuevamente.-No les hagas caso.

-Pues si tan mal lo pasan conmigo, me voy.-Dijo la niña entre sollozos.-Eres malo, Frank, por tu culpa ellos se enfadaron.-Miró al castaño con un puchero en los labios.-Vámonos, Frances.

Agarró la mano de la rubia y se marcharon fuera del arenero.

A pesar de que todos sus amigos habían preferido quedarse con él, Frank se sentía un poco triste por las palabras que había dicho Lindsey.

«Soy un niño malo.» Pensó algo triste mientras Gerard y Hayley iban a abrazarlo. El castaño tenía los ojos llorosos y el labio le temblaba levemente.

-Nooo, no llores, Frankie.-Dijo Gerard abrazándolo con cariño.





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⏰ Última actualización: Dec 06, 2021 ⏰

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