La puerta está cerrada y estoy sola, he soñado que eras insaciable por mis pecados, sumerjo mis brazos entrelazados en la bañera y escondo tu llave de repuesto en mi boca.
El sueño que hablamos y el rosario que elegimos, en mi nuca quedan las marca...
Dicen que hay cinco etapas del duelo; negación, ira, negociación, depresión y aceptación. Bueno, me gustaría agregar una más.
VENGANZA.
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Hace tiempo su memoria se había enterrado en un sueño, un sueño que no sabia si le gustaba o lo repudiaba, en donde permanecía en el fondo de un callejón en el subterráneo viendo desde lejos una edificación gloriosa y brillante sobre una colina. Siempre, y sin importar que tan lejos parecía estar, terminaba corriendo hacia ella con una sonrisa en el rostro.
El corazón se le salía del pecho de la emoción y la oscuridad que la rodeaba parecía desvanecerse con forme avanzaba, pero al llegar al pie de la colina un liquido oscuro y espeso le manchaba las plantas de los pies desnudos.
La tierra de la colina no era mas que carne pútrida llena de bichos, sostenida por los huesos de rostros conocidos. Era imposible de escalar por que con cada paso la colina le iba tragando las piernas, con cada paso el corazón se le estrujaba de la frustración volviendo el sueño una pesadilla.
Por que con cada paso podía ver el brillo del cabello rubio dándole la espalda.
- ¡No! ¡No! ¡No me lo quiten! ¿Nunca he tenido nada y ahora me lo quitan? - grito con todas sus fuerzas hasta desgarrar su garganta - ¡No te perdonare! ¡Devuélvanme a mi padre!
Continuo mientras iba hundiéndose en cadáveres con las mejillas húmedas, recordando aquellos fragmentos en donde podría ver el cuerpo ensangrentado de su padre sobre el tejado, la jeringuilla entre los dedos de Levi y el rostro del titan bestia sonriendo de felicidad.
Y abrió los ojos agitada, con el sudor pegando sus cabellos oscuros a su frente, con las sabanas cubriéndole el vientre y el sol tocando su piel. A los segundos logro enfocar la madera del techo mientras su respiración se iba calmando, sintiendo la boca seca, relamiendo los labios agrietados.
Se incorporo de apoco mientras la tela blanca de su camisón se deslizaba por su piel marcada, cubriendo su rostro con ambas manos callosas y soltando un suspiro cansado, no podía darse el lujo de quedarse en cama aquel día.
- Ese sueño de nuevo - susurro para si misma mientras separaba sus dedos para dejar que su vista se dirigiera a su pierna cubierta por la tela blanca algo traslucida.
El sonido de la puerta siendo golpeada con delicadeza hizo que levantara el rostro mostrando que su cabello ahora se deslizaba por toda su espalda hasta casi tocar el colchón de la cama.
