Capítulo 4: La pescadería

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Licorice y Bat-cat empezaron a caminar. Aunque Licorice no lo decía, él estaba tremendamente agradecido por lo que Bat-cat había hecho por él. Sino fuese por su rápida intervención, él sabía que hubiera acabado hecho papilla. Al cabo de unos minutos, Licorice y Bat-cat llegaron a la pescadería.

-No parece que vayamos a tener ninguna pelea ni problema en este lugar, parece bastante pacífico.- Dijo Licorice.

La pescadería estaba limpia, seca y no había galletas pegándose como en los otros lugares. Bat-cat y el protagonista siguieron caminando hasta el puesto para coger el número. Apretaron el botón y salió el número 84.

-¡84! ¡FALTAN SIGLOS PARA ESO!- Gritó Licorice.

Las galletas de alrededor le miraron asustadas. Licorice tenía razón, todavía iban por el número 27, así que les iba a tocar un buen tiempo de espera. Detrás de él, una galleta estaba cogiendo número.

-Bueno, al menos hay alguien detrás de mi.- Pensó Licorice.

Entonces, notó como la galleta que estaba detrás de él le empujo.

-¿¡Pero bueno, de que vas!?- Preguntó Licorice.

Licorice se giró y no daba crédito a sus ojos. ¡La galleta se había quedado dormida de pie y aquella galleta... era Espresso!

-Espresso.- Susurró Licorice a la vez que le tocaba suavemente el hombro.

Al instante Espresso se incorporó.

-¡Qué pasa!- Exclamó Espresso.

-Te habías quedado dormido.

-Ah bueno, gracias por despertarme.- Respondió Espresso.

-Yo pensaba que estarías en la sección del café o así, como te gusta tanto...

-Ya, pero hoy me toca hacer la compra, así que también necesito comprar más cosas.-

-Entiendo...- Respondió Licorice.

Entonces, los dos permanecieron en silencio unos minutos hasta que Licorice rompió el hielo preguntando:

-¿Oye, porque no nos aliamos y de esa manera podemos conseguir toda la comida que queramos más rápido?-

-Me parece una buena idea- Comentó Espresso.

-He tenido una idea para no tener que esperar casi.- Dijo Licorice.

-Cuenta, cuenta.-

-Podemos pelearnos con alguien para que nos dé su número.-

-Pero... eso es un poco cruel. Aunque si salimos antes me da igual.- Respondió Espresso.

-¡Pues hagámoslo!- Exclamó Licorice lleno de entusiasmo.

El marcador cambió al número 31. Licorice y Espresso empezaron a buscar a la galleta con el número siguiente. Entre los dos la divisaron,  era una galleta emo de pelo rubio y ojos marrones.

-Oye tú, danos tu número.- Dijo Licorice.

-¿Por qué debería dároslo?- Respondió en tono burlón.

-Porque sino lo vas a lamentar.- Respondió Espresso.

-Tú te callas gafitas, la verdad es que pegáis mucho, un gafitas sabelotodo con un pobretón que lleva ropa de mercadillo.- Dijó el emo.

Espresso se abalanzó sobre el emo y le dio un puñetazo en la cara, esto le quito las ganas de reírse al desconocido.

-Tomad.- Dijo de mala manera.

-¡Bien hecho!- Exclamó Licorice.

En ese preciso instante, el marcador cambió y ambos pidieron lo que querían.

-¿Adonde tienes que ir ahora?- Preguntó Espresso.

-A la zona de los cereales y cosas así.-

-Pues vamos- Dijo Espresso.

Licorice Cookie va al MercadonaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora