Capítulo 8, Final: La hora de pagar

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Los tres protagonistas llegaron a las cajas. Habían conseguido medio arreglar las gafas de Espresso aunque se iba a tener que comprar una nuevas. Llegaron a la caja y se pusieron en la fila. Apenas habían estado ahí un minuto cuando se oyó por megafonía:

-Buenos días estimados clientes, el supermercado cerrará en 10 minutos, pero antes, habrá un afortunado al que le saldrá la compra gratis. Todos los clientes que estéis en caja, tenéis derecho a presentaros a cantar una canción la mejor canción será premiada con la compra gratis. Buenos días y buena suerte.-

Las galletas de alrededor se pusieron a murmurar.

-Deberíamos de participar.- Dijo Licorice.

-Tienes razón. Deberíamos decir que vamos solo como uno y cantamos en grupo.- Sugirió Espresso.

-¡Buena idea!-

Los tres se dirigieron hacia la cola para participar. Las actuaciones eran tronchantes. Después de ver emos y góticos cantando canciones como Jingle Bells, canciones inventadas sobre el Mercadona y canciones punk y rock, llegó el turno de los protagonistas.

-¿Qué hacemos?- Preguntó Licorice nervioso.

-Podemos cantar una canción de alguna película conocida.-

-Sí, ¿pero cual?-

-Yo que sé... ¿My heart will go on de Titanic?-

-Eso mismo, que más da.-

Bat-cat, Licorice y Espresso se pusieron a cantar la canción de Titanic. Al principio muy nerviosos y luego con más confianza. Los empleados del Mercadona que hacían de jueces se mantuvieron callados durante toda la actuación. Cuando terminaron, aplaudieron con más fuerza que un huracán.

-¡Bravo!-

-¡Enhorabuena!-

-Ha estado magnífico!-

-Ya tenemos ganador, estas dos galletas son nuestras ganadoras. Se merecen un gran aplauso.-

Lo que pasó después creo que es bastante previsible. Les salió la compra gratis y aparte les dieron un mini trofeo a cada uno (incluso a Bat-cat) y los tres se pusieron muy felices. Luego Bat-cat, Licorice y Espresso salieron del Mercadona y se pusieron a hablar.

-Ha sido muy divertido.- Dijo Licorice.

-Sí. ¿Oye, que te parece si quedamos algún día de estos?- Preguntó Espresso.

-Me parece una buena idea.-

Se intercambiaron los números de teléfono y acto seguido se despidieron. Licorice y Bat-cat se metieron en el coche y condujeron hasta la casa. Cuando llegaron, Pomegranate y Poison Mushroom ya habían llegado de la "acampada". En cuanto Poison Mushroom vio a Licorice corrió hacia el gritando:

-¡LICORICE, LICORICE! ¡Mira lo que he visto, mira que fotos tan guays! ¿¡A que tú no has vivido una aventura tan emocionante y peligrosa como esta!?-

Pero Poison Mushroom se equivocaba.

Pero Poison Mushroom se equivocaba

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Licorice Cookie va al MercadonaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora