Capítulo 7: La sección del café

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Licorice, Espresso y Bat-cat llegaron a la sección del café, pero para su sorpresa, todas las estanterías estaban vacías.

-Oh no, otra vez no.- Dijo Espresso.

-Parece que sí.-

Las otras galletas alrededor de ellos también se estaban quejando pero de repente, se empezó a oír un sonido.

-Buenos días,  debido al retraso del camión del café, solo tenemos un paquete. El paquete será colocado en breve. Si desean conseguir más, pueden esperar hasta la tarde o volver mañana. Disculpen las molestias.-

-Pues vaya palo.- Comentó Licorice.

-El problema no es ese Licorice.- 

Licorice miró a su alrededor. El resto de galletas empezaron a pelearse. Mientras eso sucedía, un empleado depositó el paquete en la estantería. Todas las galletas pararon de pelearse y empezaron a mirar el paquete. Espresso corrió rápidamente hacia el paquete.

-¡Espresso espera!- Gritó Licorice.

Ya era tarde, Espresso había desparecido.

-Bueno, le esperare aquí.-

Licorice se quedó quieto esperando a Espresso y vio como se peleaban el resto de las galletas. Al cabo de un minuto, el número de las galletas se había reducido en casi un tercio, y al de dos en la mitad. Licorice pensó:

-Guau, pues sí que les gusta el café a las galletas.-

El número de galletas seguía reduciéndose y Espresso seguía sin aparecer. Licorice decidió ir a buscarle por si necesitaba su ayuda. Se abrió paso entre la multitud pero seguía sin encontrarle. Entonces, oyó el grito de Espresso.

-¡Mis gafas! ¡QUE HAS HECHO ANIMAL!-

Licorice se dirigió hacia donde había oído el grito y vio a Espresso con sus gafas rotas en la mano frente a una galleta gótica. La galleta gótica le pegó un puñetazo a Espresso y este se cayó al suelo asustado.

-¡Espresso!-

Licorice le dio con la azada al gótico y este le intentó dar un puñetazo, pero no puedo porque Espresso ya le había dado uno que le dejó aturdido. Acto seguido, Espresso cogió el paquete y se fue caminando con Licorice y Bat-cat.

-Mucha gracias Licorice, si no hubiese sido por ti no sé donde estaría.-

-Somos amigos ¿no? Los amigos se ayudan.- Respondió Licorice.

- Sí. ¿Tienes algo más que coger? Yo no.- Preguntó Espresso.

-Yo tampoco. En ese caso, toca ir a la caja a pagar.-


Licorice Cookie va al MercadonaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora