Capítulo 16

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EN ALGÚN LUGAR DE NUEVA YORK

La casi nula iluminación en la gran estancia dejaba ver dos siluetas que se dibujaban con la escasa luz amarilla, una en un asiento, mientras la otra se encontraba mirando cómplice. Una mujer con ojos café oscuro miraba al hombre con diversión.

—Mira nada más. Se lo tenían muy bien guardadito —siseó con furia la mujer—. Quién lo diría.

El hombre no respondió, sola la miraba con una sonrisa siniestra.

—Me emocionas demasiado con esta información, todo va de acuerdo con el plan. ¿Ya has hecho lo que te tocaba?

—Por supuesto, todo va conforme a lo planeado —respondió el hombre—. Fue más fácil de lo que esperaba.

—Excelente, sigue así. Ahora bien, debemos traerlos antes de que inicien las clases, será más difícil traerlos si están en lados diferentes del estado.

—Aquí los tendremos. Ese par nos lo dejaron más fácil, les van a hacer una fiesta de disfraces en un hotel, con tantos niños alrededor será mucho más fácil sacarlos. A pesar de todos los policías que habrá. No podrán notarnos, se cómo van a disfrazar a los gemelos tenemos eso de nuestro lado.

—Bien, tendremos que aprovechar esa gran ventana de oportunidad que nos han dejado abierta.

El hombre se levantó, caminando fuera de la estancia. Sus ojos mostraban determinación y su expresión era de completa satisfacción.

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CASA DE LUCIA BARBA, BRONX, NUEVA YORK

El regreso a clases estaba casi a la vuelta de la esquina y con ello la inminente separación de los niños. Noah y Matthew sentían que ya no podían recordar cómo era la vida antes de conocerse, no entendían cómo sus padres pudieron estar tanto tiempo lejos, en esos momentos para los gemelos era impensable volverse a separar. Por lo que habían optado por querer quedarse en casa de su abuelita, que era hasta cierto punto un lugar neutral, cosa que no les había gustado a sus padres. Claro que sus padres evitaban verse más de lo estrictamente necesario lo cual era principalmente por las noches, después de que dejaban de trabajar.

La habitación de Noah y Matthew tenía en el medio un tapete de Twister, que había sido un obsequio de navidad de Matthew de parte de su tía Rita. Juego que él jugaba con ella y el tío Fin. Su papá por lo general jugaba con ellos cuando su hijo insistía mucho.

—Pie izquierdo, verde —dijo Noah, los gemelos veían como Nevada y su mamá se contorsionaban. Los niños habían durado cuarenta y cinco minutos jugando, así que los adultos planeaban superar el récord. Matthew volvió a girar la manecilla, que esta vez calló en el rojo—. Mano derecha, rojo.

La puerta se abrió, más ninguno de los presentes se percató de ello. En ese momento, Nevada resbaló provocando que Olivia cayera encima de él. Los niños comenzaron a reír, hasta que vieron que Nevada aprovechaba para robarle un beso a su mamá, eso ya no les había gustado para nada.

—Hey —se quejó Noah como tantas veces que ellos lo hacían, antes de conocer a su hermano—. Hagan eso en otro lado.

—Esa sería una buena idea —susurró Ramírez a Olivia en el oído. La cara de ella enrojeció—. ¿Convencerían a su mamá de salir a cenar esta noche por mí, niños?

Unas risitas divertidas se escucharon cuando Olivia intentó levantarse, pero el abrazo del hombre no se lo permitió, Ramírez los giro en el suelo, quedando sobre Olivia y estaba a punto de besarla de nuevo. Un carraspeo llamó la atención de los cuatro.

Cambio afortunado [barson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora