Capítulo 19

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CASA DEL SARGENTO ODAFIN TUTUOLA, MANHATTAN, NUEVA YORK

EN LOS RECUERDOS DE RITA CALHOUN

CORTE DE LO FAMILIAR

Se encontraron en una sala de tribunal, el cual presidía la juez Linden. Esta solo era una vista de acuerdo para la custodia de los gemelos Barba-Benson, pero de todos modos decidieron que fuera en presencia de un juez, su consejero, un testigo y los abogados de ambos partícipes. Olivia y Rafael estaban frente al estrado, sentados en unas cómodas butacas, cada abogado a su lado. Rita a un lado de Barba y por el lado de Olivia estaba Trevor Langan.

Y en el fondo de la sala estaba Jack McCoy, dispuesto a abogar por su mejor fiscal, en caso de que la juez fallara a favor de Benson para que se quedara con la custodia completa y sin derechos de visita para Barba.

—Tú no tienes tiempo para cuidar de ellos Olivia, y aún así tu trabajo es demasiado arriesgado —arrojó el A. D. A. con molestia.

—¿Y tú sí tienes tiempo? Si no mal recuerdo te tuvimos bajo protección porque una banda estuvo a punto de matarte —soltó Olivia furiosa.

—Por supuesto que sí tengo tiempo. Y desde esa vez no ha vuelto a pasar, así que tu argumento no es válido.

—Son mis hijos —murmuró Olivia por lo bajo. Rafael puso los ojos en blanco.

—Y míos también, Benson. Así que ve buscándote otro argumento.

Ambos se fulminaron con la mirada. La juez Linden, se talló las sienes con una mano. Llegar a un acuerdo de custodia con esos dos era un dolor de cabeza. Tanto el fiscal como la teniente eran muy testarudos.

—Silencio —ordenó la juez con voz cansada—. Esto no es una discusión sobre quién es más competente para cuidarlos. Ambos están bien capacitados y tienen buena posición económica, cualquiera de los dos podría hacerse cargo. Esta junta es para que lleguen a un acuerdo, sus abogados han venido por no poderles hacer entrar en razón. Y ahora entiendo su frustración —agregó, mirándolos reprobatoriamente.

—Pero juez, no pueden separarme de ellos. Yo los llevé dentro de mí por nueve meses.

—Eso no te da el derecho de arrebatármelos Benson —protestó Rafael, amenazante—. Tengo tanto derecho como tú Benson y lo sabes.

—Claro —ironizó Olivia—. Cómo tú no sufriste dolores de parto, solo te sentaste en la sala de espera tranquilamente.

—Escucha Benson, ya me tien...

—¡Ya basta! —intervino la juez por quinta vez—. Ustedes son imposibles.

—Pues haga algo juez —gritó Rafael, Rita le agarró el brazo instándole a calmarse antes de que entrara en desacato-. Ya me harté de que me hagan venir. Sólo de un veredicto.

—Está bien —suspiró Olivia, tragándose su rencor y mostrándose fuerte frente al hombre que una vez llamó amor—. Yo... yo aceptaré que Barba los vea cuando lo desee.

—¿Y cómo esperas que eso suceda? ¿Crees que iré a tu departamento cada que quiera cargar a mis hijos? No me puedes separar de ellos Benson.

—¿Y cómo esperas que eso suceda? ¿Crees que iré a tu departamento cada que quiera cargar a mis hijos? No me puedes separar de ellos Benson

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Cambio afortunado [barson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora