Capítulo 23

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Dejaron de hablar cuando vieron que en la pantalla del celular decía que ya habían llegado a su destino. La dirección que habían visto en el programa de Morales los había llevado hasta una casa a las afueras de Nueva York, tenía una pinta de estar abandonada, como la casa a la que Lewis llevó a Olivia cuando la secuestró. Solo una ventana estaba iluminada. Olivia comenzó a correr hacia la casa con la pistola en mano. Rafael intentaba seguirle el paso, ninguno se preocupó por ponerse chaleco en la mente de ambos solo existía el volver a ver a sus hijos. Una vez que entraron no podían creer lo que veían.

-Tú.

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Olivia fue la primera en hablar. Yelina Muñoz estaba al lado de sus hijos apuntándolos con un arma, evitando que Olivia tratara de dispararle a alguno. Nevada estaba detrás de Yelina y por lo que Olivia podía ver no tenía armas, pero no se podía confiar.

-Tira tu arma Benson, a menos que quieras ver morir a uno de tus pequeños bastarditos. Si no mal recuerdo Rafael. Tú no querías hijos y mira nada más tienes dos. Aún que eres un pésimo padre según lo que me contaron -dijo Yelina apuntando el arma contra la sien de Noah.

Olivia obedeció se movió lentamente poniéndole el seguro al arma sacando el cargador y la bala de la cámara la cual sonó al caer contra el piso de madera, aventó su pistola lo más lejos posible de ella, sabía que no la tendría fácil a partir de ese momento.

-No les digas así maldita loca. Quita tus sucias manos de mis hijos. Contigo no quería tener nada, a ti solo te mueve la ambición, por eso te fuiste con Alejandro, igual que todos viste un futuro brillante, pero nunca viste que era un pedófilo -hablo Rafael, en su voz se podía notar la amenaza y su mirada era imposible de negar que tenía la furia desbordada. Olivia lo conocía lo suficientemente bien como para saber sin verlo que Rafael estaba que le hervía la sangre.

Rafael dio un paso hacia sus hijos, pero Olivia lo agarró del antebrazo para impedir que avanzara más y complicará las cosas.

-No, no Rafael -desaprobó Yelina, apuntando el arma contra Matthew, sabiendo que era el niño que vio crecer-. No querrás quedarte sin uno de ellos ¿verdad?

-Jamás podrás lograr lo que te propones, sobre mi cadáver te dejaré lastimar a mis hijos.

Nevada se movió por el lado derecho y Yelina por el lado contrario, alrededor de la habitación, tratando de no dejarles salida.

-Oh, pero eso es algo que se puede arreglar muy fácilmente -sonrió Yelina, mirándole con un brillo en los ojos-. Puedo cumplir tu petición sin ningún problema, Rafael.

Rafael la fulminó con la mirada. Olivia veía hacia todos lados, buscando una manera de salir de ese embrollo. Su corazón palpitaba acelerado, un reflector iluminó de lleno la ventana distrayendo a Yelina y Ramírez el tiempo suficiente para que Olivia se acercará a los niños, comenzó a liberar a Noah y Matthew, fallando estrepitosamente.

-Olivia abajo -Rafael vio todo pasar lentamente.

Yelina disparó, aquella bala iba directamente a Olivia, que terminaba de liberar las ataduras de sus hijos. Ella lo escuchó y se agachó, la bala impactó contra la pared por la trayectoria ambos vieron que iba directamente hacia la cabeza de ella.

-Te odio -murmuró Yelina apretando los dientes y apuntando el arma contra Rafael-. Te odio con toda mi alma maldito. Eres un miserable bastardo. Eres una simple marioneta, por tu culpa Alex perdió su oportunidad a la candidatura. Ustedes dos nos destruyeron. Tú lo permitiste, lo traicionaste, se suponía que eras su amigo y le diste una puñalada por la espalda y pusiste al idiota de García en su contra.

Cambio afortunado [barson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora