Capítulo 12: Ausencias

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Un día más, Bakugo observaba a todos los integrantes de la banda "One for All" y como siempre, sólo una persona faltaba en la mesa: Shoto Todoroki. Le prometió que iría todos los días a desayunar, pero la realidad era, que sólo lo cumplió un día.

- ¿Dónde está el bastardo? - preguntó Bakugo malhumorado con ese comportamiento.

- Pues... - susurró Izuku algo cohibido por el tono de voz enojado que había utilizado Bakugo.

- ¿Está trabajando de nuevo? Porque si es así, lo sacaré yo mismo de un tirón de orejas y...

- Hoy es jueves - pronunció Kirishima -. Los martes y los jueves, Shoto pasa todo el día fuera. No sabemos donde va pero los representantes ya saben que son dos días donde no pueden contar con él.

¡Raro! Así le resultó a Bakugo la primera vez que Shoto desapareció todo el día sin siquiera decir nada pero más raro fue cuando apareció de la nada para ayudarle con su problema. Estaba claro que alguien le avisó de lo que ocurría allí dentro y muy probablemente... Bakugo desvió la mirada hacia Izuku Midoriya. ¡Sí! Sospechaba que era precisamente Izuku el que le mantenía informado esos días que no estaba allí. Ese chico debía saber dónde iba Shoto Todoroki o puede, que tampoco tuviera ni idea pero aún así, estaba claro que le avisaba si ocurría algo importante o urgente.

¿Qué ocurría con Shoto Todoroki y por qué permitían los representantes que se marchase esos dos días? Por la cara de Izuku que miraba su cuenco de sopa de miso y trataba de empequeñecerse como si eso pudiera hacerle invisible y que nadie le preguntase, le hacía sospechar que sí sabía algo. No quiso preguntarle. Tampoco es que hubiera resuelto nada, Midoriya se negaría a hablar de un tema personal de otra persona.

- ¡Genial! El bastardo tiene días libres.

- No son precisamente "libres". Tiene... asuntos que atender. No todo en su vida gira entorno a la música y el grupo... - dijo finalmente Izuku y en cuanto lo dijo, miró a Bakugo con un sonrojo en sus mejillas al darse cuenta que habría hablado más de la cuenta pese a no haber dicho nada concreto -. Me voy a mi cuarto a practicar. Nos vemos luego - se excusó para salir de allí con rapidez.

Sin siquiera terminar de desayunar, Izuku dejó el bol en la fregadera y se marchó con rapidez hacia su cuarto. Shoto siempre había confiado en él para mantener su vida privada en secreto y sabiendo cuánto le costaba a ese chico abrirse a alguien para hablar de esos temas, ahora no podía cometer un error y que alguna información relevante se le escapase.

***

El crepitar de las llamas era un sonido aterrador. Su luz incandescente absorbía toda la habitación y se expandía por la casa con una ferocidad abrumadora. En el rincón de su cuarto, él se refugiaba lo más agachado posible intentando mantenerse alejado y a la vez, apretando con fuerza los párpados ante la posibilidad de que sólo fuera una pesadilla. Las lágrimas que brotaban de sus ojos eran las que le devolvían a la realidad. No soñaba, aquello era completamente real y entonces... la voz de su hermano gritando su propio nombre se abrió entre el ruido de las llamas consumiendo todo a su paso.

¡Shoto!... ¡Shoto!...

- ¡Todoroki!

La voz femenina a su lado le hizo abrir los ojos con rapidez. De ellos, brotaban un par de lágrimas y aunque le costó un poco ubicarse, al ver a la enfermera a su lado con rostro preocupado, le hizo darse cuenta que se encontraba en el hospital.

- Yo... lo siento.

- Se ha quedado dormido. Parecía tener una pesadilla.

- Sí... últimamente no duermo demasiado bien.

Dreams (Boku no hero: Todo-Baku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora