【"Si dos personas están destinadas a estar juntas, se encontrarán al final del camino aún tras mil tropiezos."】
¿Crees en la reencarnación? Vale, bien. La mayoría de personas a veces hablan de sus vidas pasadas y cosas así y aunque no crean en ello...
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• ᴘᴇǫᴜᴇɴ̃ᴀ ᴛᴏɴᴋs •
1973 - 1974
[𝑇𝑒𝑟𝑐𝑒𝑟 𝑎𝑛̃𝑜]
Sin duda el tiempo pasaba rápido si no habían magos peligrosos queriendo infiltrarse en el colegio.
Era otra vez uno de septiembre en este mundo mágico y la pandilla entera nos encontrábamos en el tren en medio del viaje de nuevo hacia la estación de Hogsmeade cuando de pronto una lechuza terminó captando nuestra atención a la lejanía mientras tragábamos unos chocolates que le habíamos comprado a la señora de los dulces, el ave traía agitadamente unas cartas y sin pensarlo mucho un tanto apurados dejamos que entrara por las ventanas superiores del compartimento al ver que venía en nuestra dirección. Menos mal lo hicimos a tiempo, de lo contrario se habría estrellado contra el vidrio.
Para la sorpresa de todos una de estas estaba dirigida a mí, la otra era para Sirius.
Era la primera vez que recibía una que no fuera de mis amigos, no hacía falta decir que con prisa las abrimos y leímos su contenido. Nos las había mandado la querida Andrómeda, la prima favorita del Black y mi amiga más cercana hasta el momento. Ambos nos topamos con una noticia conmovedora de su parte y es que ya había nacido nada más y nada menos que su dulce niña la cual nos comentó que estuvo esperando desde hace meses, el mensaje decía que quería que la conociéramos después de que se estableciera de nuevo en su casa. Obviamente sabía que se trataba de Nymphadora Tonks, la espléndida aurora futura esposa de mi Remus y la madre de Teddy.
Aunque ahora no podía hacerme la idea de que ellos iban a estar juntos en un futuro por la gran diferencia de edad me alegraba que por fin haya nacido la que le resplandecería la vida a Lupin, se merecía todo el amor del mundo y apuesto a que aquella jovencita se lo daría llegado su tiempo.
-¡Hola Hagrid! -bajando del tren saludamos el Potter y yo al semi gigante quien debía de reunir como siempre a los niños nuevos para luego llevárselos a navegar en botes por el Lago Negro.
-¡Hola Elizabeth!¡James! -nos devolvió el saludo.
Continuamos con los demás muchachos caminando relajadamente hasta los carruajes a la espera de uno completamente vacío teniendo conocimiento de que el montón de estudiantes que iban a salir para el castillo en ellos se encontraban aglomerados en el paradero ocasionando revuelo. Ya para cuando llegamos hablando de temas sin sentido se había ido la mayoría dando un toque de tranquilidad al ambiente.
-Por Dios, se escuchan absurdos -Lily soltó una reprimenda al aire. Se había fijado en nuestra plática desde hace unos pocos minutos mientras avanzaba cerca nuestro con Snape.
