【"Si dos personas están destinadas a estar juntas, se encontrarán al final del camino aún tras mil tropiezos."】
¿Crees en la reencarnación? Vale, bien. La mayoría de personas a veces hablan de sus vidas pasadas y cosas así y aunque no crean en ello...
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• ʀᴇɢᴜʟᴜs ʙʟᴀᴄᴋ •
1972 - 1973
[𝑆𝑒𝑔𝑢𝑛𝑑𝑜 𝑎𝑛̃𝑜]
Era cierto lo que le había dicho a Malfoy, tenía un sitio en donde quedarme en vacaciones... o al menos en donde pensaba hacerlo, es que aún no estaba confirmado.
Si no me equivocaba en el Valle de Godric se encontraba viviendo la tía-abuela de Grindelwald llamada Bathilda Bagshot, la famosa historiadora mágica, que vendría a ser mi tía tatarabuela, la única familia que me quedaba aparte de mi abuelo y estaba más que dispuesta a conocerla, aunque para ello primero necesitaba llegar a mi destino. No sabía cómo hacerlo al inicio, no es que cargara un mapa conmigo para este tipo de sucesos, pero entonces pensé, quien mejor para llevarme hasta allá que el intrépido hermano menor del director, Aberfoth Dumbledore y sí, podría haberle pedido el favor a Albus sin embargo hablar con él a solas aún no me parecía lo ideal.
El día en que nos regresábamos a nuestras casas llegué a Hogsmeade como todos los estudiantes mas no me subí al tren que llevaba de regreso a la estación de King's Cross.
Los chicos se mostraban preocupados por mi corto viaje de 'vacaciones para encontrar familiares', me dijeron que tenía mucha valentía para salir y hacerlo sola, que no cualquiera iría así como así. Pero para cuando me vieron parada afuera de su ventana se tranquilizaron al ver que mi decisión era determinante, se despidieron con un acto muy bien preparado de pañuelos blancos al aire y después, con una seña dando un último adiós a la par de mi risa, les hice saber que iba a estar bien y fuí en dirección a la taberna Cabeza de Puerco, residencia actual de la persona a la que me hallaba buscando.
El sitio se mantenía tal y como lo esperaba, lleno de mugre en las ventanas mientras que las paredes estaban sucias y con polvo. Me detuve un momento antes de entrar para adquirir determinación.
-Bien, aquí vamos -abrí la puerta.
Un extraño hombre se disponía a servirse una cerveza de mantequilla hasta que alzó la mirada y dejó la jarra a un lado enfocándose en mi presencia.
-Hola, disculpe, ¿Es usted el señor Aberfoth? -saludé.
-¿Quién pregunta? -me observó con desconfianza.
-¡Oh, no, nadie!, soy solo una estudiante de Hogwarts, mire... voy a ser directa con usted, escuché que vivió en el Valle de Godric hace un buen tiempo... -levantó una ceja- perdone el atrevimiento pero ¿Podría llevarme?, incluso le pagaré si es que así lo desea -dije mostrando mi monedero, traía mis pocas pertenencias conmigo.
-Lo siento, pero no me voy a meter en asuntos que no me corresponden -retornó a lo que estaba haciendo- y te advierto que, de donde sea que sacaste esa información, no vuelvas a indagar en lo que no te incumbe -me miró de reojo-. ¿Tienes alguna idea de dónde podrían estar tus padres ahora?, el tren partió hace rato, no va a volver a por ti.
