Capítulo 1

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Mantener una relación era complicado. Él había visto muchas series y leído varios libros como para saber que el amor que te prometían en la ficción no se parecía ni de cerca a la realidad. Nadie invertiría tantas horas de su vida en un contenido que te recordaría las dificultades de estar comprometido.
La gente no deseaba eso, la mayoría deseaba sumirse en un mundo de fantasía donde puedan creer en los finales felices.

Mantenía la esperanza de conocer lo que era estar enamorado y confiar ciegamente en aquel sentimiento, sin embargo ahora se encontraba en momentos como este que contradecían todo aquello.

—Lo lamento, no siento lo mismo.

—Yo creí que...

Y ahí vamos de nuevo.

Quizá su deseo de conocer lo que era estar enamorado sería más sencillo si pudiera enamorarse, tristemente para él, jamas se había enamorado, no seriamente al menos. Algunos gustos durante la adolescencia pero no iban más allá de lo superficial o pasajero.
No tendría ningún problema con ese tema si las personas a su alrededor no le recordaran todo el tiempo lo solo que se encontraba en comparación a los demás.
Chan se lo había mencionado un día cuando le fue sincero con lo que le preocupaba.

"No necesitas presionarte, solo deja que llegue."

Entonces ¿De dónde nacía esa estúpida necesidad? Se había enamorado de la idea del amor muy probablemente.

Estaba harto.

—Min, apresúrate por favor, necesito ayuda con las mesas.

La voz de Sana detrás de él sonaba calmada a pesar de técnicamente haberlo regañado por perderse en sus pensamientos.
La joven de veintidós años llevaba un moño algo desordenado debido a todos los viajes que tenia que hacer desde la cocina hasta los clientes, de todos modos eso no evitaba que su carisma y alegría se viera apagada.

Minho tomó uno de los mandiles que colgaban del perchero y se apresuró en colocarselo. La cafetería no estaba especialmente llena el día de hoy pero al ser solo tres personas encargadas de atender el lugar era normal que los dos mayores quieran ayuda.

—El pedido de la mesa dos y cinco, yo me encargo de la uno.

Tres cafés, dos pasteles y un té fueron entregados en una bandeja junto a dos papelitos que tenían escrita las órdenes de cada mesa. Fue hacia a ellos y con una sonrisa le entregó lo correspondido a cada uno, luego volvió hacia la barra donde se encargo de ordenar las galletas y pastelitos en muestra. Estaba concentrando en aquella tarea hasta que una voz llamó su atención.

—Saluda a la razón de que tus días sean mejores.—el joven no tardo en sentarse en uno de los banquitos frente a la barra mientras acomodaba su mochila al lado suyo.—¿Día difícil?

—Ya me sorprendía el hecho de no verte por aquí Jisung ¿No tienes algo que hacer?

No sabia cómo aquella dinámica había iniciado entre ambos, aquel chico solo ingresó a la cafetería un día y comenzaron a charlar aprovechando que el lugar estaba técnicamente vacío.
Quiso ignorarlo, de verdad quiso hacerlo pero no quería espantar de esa manera a un posible cliente que frecuentaria el lugar.

Y vaya que frecuentaba el lugar.

Aquí me concentro mejor en acabar mis deberes.—le sonrió para acto seguido pedir un pastel de chocolate y comenzar a sacar dos cuadernos de su mochila.

Lo observó por un momento antes de ir hacia la cocina de donde sacaría un pedazo del pastel que había sido hecho temprano en la mañana, luego volvió donde el menor quien le sonrió y después de pronunciar un gracias se introdujo por completo en su tarea.

Minho continuó con su labor de atender a las personas que iban llegando y llevando sus pedidos durante casi una hora hasta que las cosas parecieron comenzar a calmarse.
Se mantenía limpiando parte de la barra hasta que una de las parejas que estaban sentadas cerca al ventanal le llamó la atención. Los conocía, claro que lo hacía, aquellos habían sido de los primeros clientes frecuentes del lugar que comenzó a reconocer en sus primeras semanas trabajando ahí.
Solían ir los martes o jueves y se quedaban por un par de horas, sus pedidos tampoco solian variar. Un té de manzanilla, un café y dos croissants. Minho los conocía porque era él quien los atendía, a excepción de hoy que Chan era quien les estaba llevando sus pedidos.

Escuchó como la mayor reía de alguna mala broma que había hecho su pareja. Recuerda cuando fueron a ese lugar para uno de sus aniversarios y ella siempre presumía de lo atento y divertido que era el chico que había robado su corazón, entonces él sostendria su mano mientras la mira a los ojos y le recordaría lo afortunado que es desde que se conocieron.

Justo como estaba ocurriendo ahora.

—Deja de verlos, das miedo.

Jisung ahora se encontraba cruzado de brazos sobre la barra mientras lo observaba divertido.

—¿Sabías que ellos llevan casi cuatro años juntos?—le mencionó.

El menor parpadeo algo incrédulo.

—Es por eso que pasan tanto tiempo juntos entonces, todos los días los veo saliendo de la universidad y a veces aquí.—Volteó a observarlos discretamente para así no incomodarlos.

—Pensé que seguías en la escuela.

—Sigo en la escuela, pero su universidad me queda de camino.

Habían sido incontables veces en las que el menor vio como la chica esperaba a su pareja sentada en una de las bancas fuera de la universidad mientras leia algun libro. Jamás habían cruzado palabras pero era fácil reconocerlos.

—¿Cómo sabes cuanto tiempo llevan?

—Suelen celebrar algunos aniversarios aquí—alzó ambos hombros en señal de desinterés—Sana me comentó que fue en este lugar donde se conocieron.

Ahora los ojos del chico brillaban con interés lo que le daba, de algún modo, un aspecto infantil.

—Eso es muy lindo, este lugar debe ser especial para ambos.

Lo sabía, Minho observaba las miradas enamoradas que ambos siempre se dedicaban, además, en algunas ocasiones había escuchado como dialogaban sobre sus planes de boda una vez ambos acabaran la carrera. A veces creía que se estaban apresurando, sin embargo, se decía a si mismo que cuando estas enamorado no sueles pensar en estas cosas, solo quieres vivir el momento junto a esa persona especial sin pensar en un final. Se sentía feliz por ellos pero una parte de si mismo no podía evitar sentir un poco de envidia por la forma en la que sus miradas conectaban y su alrededor parecía desaparecer.

Él quería saber lo que era estar enamorado.

¡Minho hyung!—el grito y el golpe en su brazo hizo que el mayor regresara a la realidad.

—¿Qué quieres?—Volteó a verlo con el ceño fruncido.

—Una chocolatada, por favor —una sonrisa inocente se formó en sus labios.

Esto era lo que Minho debía aguantar.

...

Esta historia la tengo en borradores desde el 2021 pero no me habia animado a publicarla.

Muchas gracias por leer ♡

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