Capítulo cuatro: Inconsciente

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Se tiro en el sillón, completamente exhausto después del entrenamiento. No hacia falta decir que fue demás, y correr con Iida para averiguar respuestas del porque sentía tal emoción al tomar su mano, empeoro las cosas, multiplico lo cansado que estaba y el hecho de que Iida le tomara la mano para que corriera a su paso le dejo más preguntas y más sentimientos raros en su cuerpo además de que el día anterior llego al campus agarrado de su cuello y abrazándolo con sus piernas por la cintura mientras los dos reían y las miradas se posaban en ellos dos.

Suspiro una vez más, talvez por milésima vez en tan solo tres horas, o menos.

-¿Cansado?

-¿No es algo obvio?-pregunto con evidente molestia, mientras que el de lentes iba a la cocina por un par de vasos de agua.

No sabe qué realmente le esta pasando últimamente, pero la mayoría de cosas las hace sin pensar, el actuar, el decir y demás. Se podría decir que la mayoría las hace inconscientemente, aunque le gusta pensar que es una faceta de él mismo que no conocía y su amigo está sacando a relucir

-Toma.-le dice, acercándole el vaso de agua en sus manos, Shoto bebe tan rápido que gotas se resbalan por su cuello y barbilla.-Me sorprende que quisieras correr conmigo, la mayoría simplemente lo evita.

-Bueno...¿no es tan tarde para comenzar un habito, no?-es la única excusa que le viene a la mente, pues claramente no le iba a decir que un tiempo para acá sentía algo raro en su pecho cuando estaba cerca del delegado, algo más grande que se posaba cuando tomaba su mano o había pequeños roces

-Supongo.-dice, y es lo ultimo que le dice, pues un silencio aparece entre ellos, sin saber que decir.

-A decir verdad, no sé por que entrenas todos los días, hasta cuando se supone que debes descansar.

-Ni yo lo sé si te soy sincero. Simplemente es un habito que tengo desde la secundaria; siempre tengo que dar todo, hasta que no quede nada.-sostiene su propio vaso de agua con calma, totalmente calmado, su espalda recargada en la barra de la cocina y sus músculos se tensan al decir lo último.

-Tampoco tienes que forzarte más de lo que puedes.-es lo primero que se le viene a la mente cuando el de lentes termina de hablar. 

-No es sobrepasarme, claro, pero  veces hay que ponerle un poco de esfuerzo poco a poco, hasta que estés satisfecho con el resultado.-le mira desde arriba, pues Shoto está sentado en el sillón y el está parado a su lado-si te lo preguntas, es algo que mi hermano me decía cuando lloraba en el papel por que no podía lograr una ecuación correctamente. Llegue a tener problemas con la escuela y el esfuerzo que le ponía, pero ahora estoy mejor. Aprendí que solo es un numero y que no es necesario en tu vida realmente, mucho menos si es para agradar a alguien.

Cada una de las palabras se le encajaban como cuchillos, justo en su pecho, y lo sabe, pues suaves lagrimas corren por sus mejillas, aun viendo con atención al contrario, con un brillo que no sabe explicar que es.

-¿¡Te encuentras bien!?-casi grita, poniéndose al lado del Shoto, sosteniendo sus mejillas en sus manos.

-En verdad me trae recuerdos lo que dijiste.-Iida entiende sin necesidad que lo explique.

-¿Estás bien, verdad?

-De maravilla.-suelta, sonriendo y secando sus lagrimas.-¿Seguimos corriendo?

-Si es lo que quieres...-dice aun no muy convencido.

-Vamos.-Tenya piensa, que se está volviendo loco, pues de nuevo, Shoto toma su mano y lo jala fuera de la puerta de la entrada para seguir corriendo, ahora sin soltarse las manos.

Hands / IidatodoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora