𝐒𝐢𝐥𝐞𝐧𝐭 𝐇𝐞𝐚𝐫𝐭 ❘ Cᴏʀᴀᴢóɴ x Rᴇᴀᴅᴇʀ ❘

13º Corazón

Habían pasado poco más de 2 meses desde que Rosinante había vuelto a su misión. La atmósfera en la Sede era tranquila, con el cielo tan claro y azul como siempre. Dentro del edificio, los soldados iban y venían de sus tareas, así como la teniente Alice. Desde que asumió una relación con el Comandante, la mujer de ojos verdes se había asegurado de que el hecho permaneciera en secreto. Sería más seguro de esa manera, por lo que había evitado decirle nada al almirante, incluso si estaba tentada a hacerlo a veces.

Por mucho que extrañara a Rosinante, Alice lo esperaba pacientemente. Sabía que tarde o temprano él volvería otra vez, y pronto podría finalmente estar en sus brazos ... Suspirando, la teniente pensó para sí misma lo bueno que era poder finalmente mostrarle todo su cariño ... Ella a menudo quería tomar su mano, tocar su cara y mantenerlo cerca, asegurándose de que todo estaría bien, y ahora podía hacerlo. Esperar el regreso del Comandante parecía aún más insoportable ahora, pero la mujer de cabello dorado permaneció determinada y segura de que pronto el hombre que amaba regresaría. Y en cuanto regresara, ella lo recibiría con todo el cariño del mundo. Suavemente, Alice sonrió para sí misma, caminando por el vestíbulo a paso pausado.

Parpadeó cuando vio que las grandes puertas del vestíbulo se abrían, y nada menos que el Comandante había aparecido allí. Sus ojos inmediatamente brillaron y pudo ver que Rosinante también había puesto una gran sonrisa al verla allí, avanzando rápidamente hacia ella, haciendo que las negras plumas de su abrigo revolotearan con su velocidad. El rubio se acercó tomando sus manos entre las suyas.

"Alice ..." susurró Rosinante cariñosamente inclinándose hacia ella lentamente. Sin importar la diferencia de altura entre los dos, él siempre se inclinaría hacia ella. Quería finalmente matar el anhelo de sentirla, y pudo ver en los ojos verdes de la Teniente mientras sostenía sus manos que ella quería lo mismo. Estaba a escasos centímetros de su rostro cuando se sonrojó al darse cuenta de que ambos estaban en el vestíbulo, a plena vista.

- ¡Ven! - Alice sonrió sonrojada, ya que también se había dado cuenta de que estaban en un lugar menos privado. - Vámonos a mis habitaciones, Rosinante.

Tomando su mano, la teniente sonrió, tirando de él mientras los dos avanzaban escaleras arriba y por los pasillos, luego hacia las habitaciones de la teniente. En el interior, las ventanas estaban abiertas y la brisa movía suavemente las cortinas azules mientras Alice cerraba la puerta detrás del Comandante. Una vez que estuvieron a solas, Rosinante sonrió alegremente y la atrapó cuando Alice saltó hacia él abrazándolo, girando brevemente con ella y riendo suavemente. Cuando volvió a colocar con cuidado sus pies en el suelo, el rubio cerró los ojos y la besó tiernamente mientras se inclinaba hacia adelante. Se derritió con su corazón latiendo felizmente y la miró a los ojos con amor mientras se alejaban de nuevo, ambos claramente felices de verse de nuevo. Alice se rió con cariño y tomó su rostro entre sus manos, acariciándolo con afecto, haciendo que Rosinante se derritiera aún más. Ese mero toque de ella era simplemente intoxicante ...

Colocando una mano sobre una de las suyas, susurró el Comandante. - Te extrañe.

- Yo también. - se acercó Alice, apoyando levemente su frente contra la de él mirando a los ojos ambarinos de Rosinante. - Qué bueno que volviste ...

Rosinante, sonriendo, cerró los ojos y se quedó junto a ella, dejándose relajar en presencia de Alice. Acarició su mano suavemente, sintiéndose contento de estar de regreso donde se sentía como en casa.

...

- Quiero contarte ... sobre un niño llamado Law.

El Comandante se había quedado con su traje de Corazón y estaba sentado junto a Alice en su oficina unas horas después de su regreso a la Marina. Habían conversado e intercambiado caricias desde el momento en que él regresó, pero Alice sintió que había algo serio en su mente. Ella animó al Comandante y lo vio suspirar, pensativo. Pronto ambos estaban sentados juntos y Rosinante había comenzado a hablar contemplativamente.