Capítulo 10

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Cuatro y media. Media hora para las cinco. La casa de Susi está a dos calles de la mía, así que todavía tengo tiempo para prepararme.

Salgo de la ducha, me pongo una toalla en la cabeza y otra en el cuerpo y salgo del baño. ¿Qué me pongo? La verdad es que sigo sin tener muchas ganas de ir. Si me pongo un chándal me van a matar. ¿Una sudadera? Abro el armario y miro la ropa. ¡Cuánta ropa tengo, como para elegir!

Oigo voces abajo. Qué raro. Mi padre está echándose la siesta, y mi madre no creo que hable sola.

-Sí subid está arriba...- consigo distinguir. Supongo que será mi madre. Acto seguido oigo un montón de pasos que suben corriendo las escaleras. Y por fin, llegan a mi habitación... . Llaman a la puerta, pero no me dan tiempo a responder.

-Buenaas. Ves, te dije que todavía no estaba arreglada.

-Sí es que ya te vale.

Claudia y Ana entran en mi habitación y cierran la puerta.

-Pasad tranquilas, como si estuviérais en vuestra casa- respondo con ironía.

-No te distraigas y vístete. ¿Pero has visto qué hora es?- dice Ana estresada. Lleva una blusa blanca abierta por detrás, unos pantalones negros pitillo y unas botas de tacón. Lleva un bolso negro, no muy grande, y con la otra mano sujeta una chaqueta de cuero. Lleva pintada la raya, y su pelo liso le llega hasta a los hombros.

Claudia lleva un vestido negro no muy ajustado, hasta las rodillas, y unos zapatos de tacón, también negros. Lleva una chaqueta vaquera corta y un bolso a juego con el vestido. No parece que se haya alisado el pelo, ya que lo tiene atado en una coleta, y va mucho más maquillada que la hermana.

-¡Vamos que no llegamos!- grita Claudia.

-Vale tranquilas, ya voy- digo sacando una sudadera  gris de GAP.

-¿A dónde vas con eso? ¿No irás a ir en sudadera?- me dice Ana sorprendida.

-Claro, tampoco vamos a un sitio donde haya que ir de etiqueta.

-Anda, espera que ya te elijo yo la ropa. Menos mal que hemos venido, ya sabía yo que se iba a poner algo así- dice Claudia dirigiéndose a mi armario.

-Sí anda, ven que mientras te peino- me dice Ana llendo hacia el baño.

En un cuarto de hora salgo del baño con el pelo seco, liso y bien peinado, la cara con un poco de base y la raya pintada, y la ropa interior puesta.

-Tu turno- dice Ana.

-Toma vístete- responde Claudia dándome unas medias negras, una falda del mismo color y una blusa blanca parecida a la de Ana.

-¿Pero cómo me voy a poner esto para ir al ciene?

-Calla y póntelo que al final no llegamos- responde Claudia.

Entro al baño y me visto. En menos de cinco minutos estoy lista. La verdad es que no me queda nada mal. Recojo el baño y la habitación y paso por la habitación de mi hermana antes de marchar.

-¿Ya estás peque?- le digo entrando en su habitación.

-Sí, ¿qué tal estoy?- me pregunta. Lleva puesto unas medias, unos pantalones cortos vaqueros, una camiseta de tirantes de leopardo, unas botas negras y una cinta en el pelo.

-Preciosa, pero coge una chaqueta anda que aunque estemos en primavera no hace tanto calor como piensas.

-Pero si hace sol- responde.

-Da igual coge la vaquera si quieres.

Se gira, coge la chaqueta de su armario y sale.

-Viste mejor que tú- me dice Claudia. Le lanzo una mirada de "odio", se ríen, y salimos de la habitación.

Llegamos al salón y me pongo los botines negros de tacón.

-Nos vamos mamá- le digo mientras cojo mi bolso de DG.

-Vale cariño, pasadlo bien, ¿llevas todo?- me pregunta mientras se levanta del sofá para darme un beso.

-Sí mamá no te preocupes- le respondo dándole dos besos.

-Vale portáos bien.

-Sí- respondemos las cuatro.

Cojo de la mano a Yaiza y salimos de casa. Tres minutos para las cinco.

Corazón de TizaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora