Llego media hora tarde. Intenté cojerlo en la siguiente parada, pero cuando llegué ya se había ido. Así que tuve que esperar diez minutos a que pasara el siguiente, y como había atasco, tardé veinte minutos más en llegar.
Ya me he perdido media clase de filosofía, así que prefiero quedarme fuera esperando a que empiece la clase de economía. Cruzo la calle y me siento en uno de los bancos del parque de enfrente del instituto. En realidad no es un parque. Es una plaza, no muy grande, con algunos trozos verdes y varios bancos. Está rodeado de árboles, así que mucha gente suele venir a hacer botellón o a descansar de algunas clases. Dejo la mochila en un lado y saco del bolsillo de alante mi cajetilla de tabaco. Siempre estuve en contra del tabaco, y juré que nunca lo probaría, hasta hace dos meses. Todo me afectó mucho, y siempre estoy muy nerviosa, así que un cigarro de vez en cuando no me viene mal. Pero mis amigas no lo saben, así que prefiero estar lo bastante lejos del instituo como para que no me vean. Es mejor guardar el secreto. Mis padres tampocon lo saben, y ninguna de las chicas es partidaria del tabaco, y mucho menos Xana, ya que su padre murió por un cáncer de pulmón.
Prendo mi cigarro y enciendo el móvil. Todavía no lo usé desde esta mañana. Pongo el pin y lo primero que me sale es el mensaje de Xana de anoche:
-Chao mi niña guapa. Descansa y ya nos vemos mañana. Te quiero- con un montón de corazones rojos.
Y más mensajes de esta mañana:
-Hola guapa ¿dónde estás? Vas a llegar tarde.
-Saraa contestame porfa.
-Saraaaa....
Más dos llamadas perdidas suyas y de Ana. Jolín, sí que se preocupan por mí. Me están ayudando mucho. Algo me reconcome por dentro. No me gusta mentirlas, aunque en realidad no estoy mientiendo, solo les estoy ocultando algo. Eso no es mentir.
Le pego una última calada al cigarro y lo apago. Ya van a dar menos diez y no quiero llegar más tarde todavía. Pongo el móvil en silencio y cojo un chicle de menta. No quiero que las chicas me huelan el aliento. Cojo la mochila y cruzo la calle. Cuando estoy a punto de entrar en el aparcamiento del instituto veo a Susi y a Marco, que están a punto de abrir la puerta principal. Susi es otra de mis amigas. Es muy alta, tiene el pelo liso y negro, y le llega por los hombros, y sus ojos también son muy oscuros. Es una de las "mamás" del grupo. Nos quiere mucho, y por eso nos cuida. Es muy extrovertida y dice las cosas a la cara.
Marco es su novio. No es feo. Tiene el pelo castaño claro, corto y termina en una pequeña cresta sujeta con gomina. Tiene los ojos verdes y una sonrisa muy bonita. No es de los típicos macarras y gallitos. Es un chico sincero y amable. La verdad es que hacen muy buena pareja.
-¡Eh pareja! ¿Qué hacéis vosotros por aquí a estas horas?- les grito desde la entrada. Estoy triste, como siempre, pero bueno, tengo mis momentos de mejora.
-Lo mismo que tú- me dice Susi mientras gira la cabeza.
-Ah, osea que tu también perdiste un bus, tuviste atasco y te perdiste toda la clase de filosofía, ¿verdad?- le digo con tono de ironía.
-Casi. No me apetecía aguantar una clase de Historia de España a las ocho de la mañana- dice riéndose
-Bueno, también es una buena respuesta- le digo. Susi y yo no vamos a la misma clase. Ella está en el bachillerato artístico y yo en el social. Quiere ser diseñadora. Yo quiero estudiar periodismo. Mientras hablamos Marco sonríe e intenta seguir la conversación. Cuando llego a ellos les doy dos besos a cada uno.
-¿Has fumado?- me pregunta Susi.
Me quedo de piedra. ¿Cómo lo ha podido saber?
-¿Cómo voy a fumar? ¿Tú estás tonta? Sabes que estoy en contra del tabaco- digo sobre la marcha.
-Esque me hueles a tabaco- me responde confusa.
-Sí es que en la parada del bus había un señor fumando. Se me habrá pegado el olor.
-Bueno vamos a entrar ya que al final vamos a llegar tarde a esta clase también- dice Marco.
-Sí vamos-dice Susi, y entramos en el edificio. La secretaria no está, así que nos libramos de firmar en el "libro de los retrasos". Subimos las escaleras y llegamos a nuestro pasillo. Es la hora de optativas, así que todo el mundo está llendo a su clase correspondiente.
-Chao nos vemos en el recreo- me dice Susi dándome dos besos.
-Chao- le respondo.
Esquivo a la gente para ir a mi clase, pero alguien me agarra del hombro.
-Si no quieres que se entere, cúrrate más las excusas-, me dice Marco con mirada cómplice. - ¡Ah y por cierto!, los chicles no funcionan.
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Corazón de Tiza
RomanceSara y Adrián, una pareja adolescente romántica, bonita, perfecta... pero no siempre es lo que parece. ¿Seguro que la universidad es tan buena como dicen? Una historia llena de amor, desamor, odio y superación. PD: Recuerda, de los errores se aprend...