ANGEL SUPREMO (KOOKMIN)

¿Park Jimin?

El cielo oscuro sobre nosotros, era un aura tan romántica, los grillos acompañándonos en nuestro andar, el ambiente algo incomodo por el silencio de él ahora mi novio.

-Lamento lo de hace un rato-

-¿Enserio? ¿lo lamentas?-

-¡No! En realidad no-

Tomé tus brazos y lo acerqué a mi cintura, ansiaba sus labios juntándose con los míos, anhelaba una beso apasionado, solo que no pasó.

A cambio solo obtuve un viento rápido a nuestro alrededor y el golpe del suelo contra mi espalda, una persona enterrando su boca en mi brazo izquierdo.

Solo la luz de la habitación en calor de las cobijas, el dolor punzante y su voz.

-Debo hacer esto Jimin, lo siento-

Solo podía ver borroso y escuchar lejos su voz, después todo dolor se fue y la calma llegó a mi.

O eso creía yo.

-Jimin, Jimin despierta-

La deslumbrante luz del día lastimó mis ojos en cuanto los abrí.

-¡¡Eun!! ¿yo? ¿yo estoy bien?-

-si, tranquilo, fue solo un perro, yo...yo no pude quitártelo a tiempo y te mordió-

-¿un perro? Pero yo vi que era un persona-

-te golpeaste al caer en el suelo pudiste confundirte-

-¿mis padres?-

-para ellos tu y yo tuvimos...ya sabes-

-¡¡oh gran coartada!!-

-si...lo que te hice...yo...-

-confiaré en que me inyectaste alguna vacuna y no una droga-

Un perro, desearía que en verdad solo hubiera sido eso, que la vida continuará siendo una rutina diaria y sin problemas, no mas de los que ya tenía.

Una semana después

-si pudieras correr más rápido probablemente me ganarías-

-¡¡Cha Eun wo!! ¿acaso te birlas de mi lentitud?-

-¡¡Park Jimin!! ¡¡me burlo de lo bello que te ves hoy!!-

-¿oh si?-

-si-

Besar sus labios era un sensación placentera aunque en algún momento tuvo un fin.

-Jimin...debes correr...no pares hasta llegar a casa-

-¿qué, qué pasa? Me estas asustando-

-oíste bien, solo corre y no mires atrás...¡¡ahora!!-

Lo hice, no dudé en hacer caso, por algo me lo decía, solo que al igual no debí mirar atrás, mi novio siendo atacado por una cosa oscura con tres extremidades y cuerpo deformé.

-¡¡perdóname Eun!!-

Solo corrí y no me detuve, no hasta llegar a casa.

-¡¡Tranquilo Jimin!! ¡¡él esta bien!!-

Me lo repetía a cada segundo, dos horas pasaron desde que nos separamos, no me había buscado ni llamado.

De pronto en mi habitación un destello se apareció a la mitad de la nada.

Se convirtió en brillo, fue creciendo hasta dar forma a un circulo enorme,  del circulo aparecieron dos personas, una chica de pelo oscuro y llena de marcas y un chico de pelo castaño con ropa de cuero.