Joel y Erick entraron a la casa del último, quien se dejó guiar por el alfa hasta que estuvieron frente a la puerta de su habitación. Joel se hizo a un lado para que Erick pudiera pasar, y así lo hizo, bueno, al menos dio un paso dentro de su habitación antes de quedar casi petrificado por lo que veían sus ojos.
Un nido. En su habitación había un nido. Un. Bendito. Nido. Dios, y olía a Joel. Un nido y con el olor de Joel. Definitivamente esperaba cualquier cosa menos eso. Volvió a ver a Joel y abrió su boca para hablar, pero no podía pensar en nada que no fuera estar en el nido, con Joel, mientras se hacían mimos.
-Yo sé que fue algo atrevido de mi parte, pero se me ocurrió que podías tener algo con mi olor para que tu omega se relajara un poco, y luego simplemente se me ocurrió hacerte un nido. No pude, ni quise, evitarlo.
-Dios, Joel, esto es... es, no sé que decir.
-Si no te gusta o sientes que es muy invasivo, puedo quitarlo.
-Que no se te ocurra, es mi nido, me encanta.- no lo pensó mucho y solo se quitó los zapatos antes de entrar y acostarse en el nido con la cara enterrada en las sábanas, deleitándose con el olor de Joel-Y huele tanto a ti, es tan suave, lo amo. Pasaría aquí metido el resto del fin de semana si mañana no fuera la fiesta de tus padres.
-Espero que todo lo de nuestra velada te haya gustado, estoy muy feliz de que aceptaras el cortejo.
-¿Bromeas? Llevo mucho tiempo esperando este momento.
-Será mejor que me retire, así puedes descansar.
Erick ni siquiera lo pensó antes de hablar.
-Duerme conmigo esta noche.
-¿Qué?- Si escuchó bien, ¿verdad?
-Que me parece una idea genial que, al menos hoy, el increíble alfa que me está cortejando, y que además me hizo un asombroso nido, duerma conmigo.
-¿Estás seguro? No quiero abusar de tu confianza, Erick.
-Por favor, soy yo quien lo está pidiendo, y soy muy consciente de lo que estoy diciendo.
--Bien, ¿puedo entrar a tu nido, omega?
-Primero voy a darte algo de ropa para que duermas cómodo.
-No creo que tu ropa me sirva de mucho.
-No va a ser ropa mía, alfa, te daré algo de Richard, creo que puede quedarte bien.-se levantó para dirigirse a su gran armario, sacando de ahí una camisa blanca con un dibujo ya algo desgastado y un jogger gris- Puedes cambiarte en el baño, ahí hay toallas por si deseas tomar una ducha.
-Gracias, ya vuelvo.
Joel fue hacia el baño y Erick aprovechó para cambiarse, se puso su pijama celeste con nubes, que contaba con una camisa semi transparente de botones, y un short casi igual de transparente que sólo llegaba a tapar su trasero. Dejó su traje en la canasta de la ropa sucia a la par de la puerta del baño y corrió a tirarse en su nido. Era tan cómodo que no quería apartarse de ahí nunca.
-¿Puedo entrar a tu nido, omega?
Claro que puedes, alfa.-se hizo a un lado para darle espacio, y apenas esté se acostó, no pudo evitar acurrucarse contra su pecho con la nariz cerca de su cuello para poder aspirar su olor.
-Eres un omega tan bonito.- puso su mano sobre el cabello de Erick y comenzó a masajear.
-Y tu el mejor alfa del mundo.
Ambos durmieron esa noche felices y tranquilos, teniendo su mundo entre sus brazos.
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si hay algún error avísenme ×͜×
cuando leí este capítulo lloré de ternura
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Mi omega huele a lo que me gusta (bananas)
FanfictionJoel ama entrar a su oficina y ver los pequeños postres con su fruta favorita, que alguien deja ahí antes de que él llegue. Erick es solo su asistente que entra siempre con su café a tiempo para admirar los brillantes ojos de su jefe por los postres...