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Erick aprovechó el tiempo para llamar al padre de Richard, un grandioso joyero, para que lo ayudara con el brazalete de Joel. Quería que fuera algo muy especial.

-Hola, señor Camacho.-dijo en tono de broma.

-Erick, cachorro, te he dicho que no me llames así.

-Lo sé, papá Bob, pero me gusta molestarte con eso.

-Sí, lo haces siempre.

-Como sea, te llamo porque ocupo algo.

-Soy todo oídos.

-Bueno... Necesito un brazaletedecortejoporfavor.

-Muchacho, no tengo idea de que dijiste.

-Es que, ugh, necesito un brazalete de cortejo.

-¿Un brazalete de cortejo?

-Sí, quiero uno que sea realmente especial.

-¿Por fin estás con Joel?

-Ayer me dió un broche de cortejo, y me hizo un nido, por lo de mi omega.

-Estoy tan feliz por ti, lo mereces cachorro.

-Gracias, papá Bob, la verdad aún no me lo creo.

-Espero que me cuentes todo, puedes venir mañana y vemos lo del brazalete.

-Entonces mañana iré temprano, además, debo contarle a Richard también.

-Entonces aquí nos vemos.

Erick ya sabía como quería que fuera el brazalete, sabía que iba a salir muy caro, pero a su parecer, Joel merecía eso y más. Estaba muy emocionado, quería ayudar a crearlo, quería darle algo que tuviera más que solo un significado, que su alfa lo viera y pensara en que él lo diseñó, que ayudó a crearlo.

Buscó en su armario y vió un traje negro que sólo había usado una vez, le quedaba muy bien y pensó que iba a hacer su broche resaltar, así que eligió ese sin dudarlo.

Lo dejó en su cama y se dedicó a ponerse sus cremas por su cuerpo.

Se volvió a poner la ropa que tenía anteriormente y bajó a almorzar un poco antes de lavarse los dientes y cambiar su ropa por el traje. Se puso una camisa blanca, medias, su pantalón, los zapatos y por último su saco. Dejó que su cabello se viera un poco despeinado. Dejó su aroma sin ningún perfume y se puso un poco de brillo en los labios.

Estaba a punto de ponerse su broche cuando el timbre sonó, vió su celular y ya era hora de irse, así que agarró su billetera, el regalo, sus llaves, su celular y el broche antes de salir de su habitación y bajar a la sala. Iba en los últimos escalones intentando ponerse el broche, cuando resbaló y terminó con su cara frente a la de Joel, que al verlo resbalar se movió rápidamente a atraparlo.

-Oops.

-Hola, bonito.

-Lo siento.

-¿Qué venias haciendo que resbalaste?

-Intentaba ponerme el broche, no veía las escaleras.- sus mejillas tenían un bonito sonrojo.

-Déjame hacerlo a mi.

Joel agarró el broche de sus manos y cuidadosamente lo puso en una solapa de su traje. Volvió a verlo fijamente y dejó un suave beso en su mejilla. Su omega ronroneó al ver a su alfa ser tan cuidadoso con él. El alfa infló su pecho orgulloso de él mismo, al sentir el aroma de felicidad que comenzó a soltar su omega con sus cuidadosos actos.

-¿Nos vamos?

-Sí alfa, por favor.

Ambos salieron de la casa, se dirigieron al auto donde Joel abrió la puerta al omega y después entró él. Su auto estaba inundado con el delicioso aroma de su omega, haciendo a su alfa sentirse feliz y tranquilo.

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⏰ Última actualización: Dec 16, 2022 ⏰

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Mi omega huele a lo que me gusta (bananas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora