Capítulo 4: Las confesiones falsas no son un juego.

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—Makoto, ¿qué vas a hacer con la universidad? Podrías haber ingresado a una preparatoria de nivel superior, pero te tomaste la molestia de ingresar a una preparatoria de bajo nivel... No tienes que preocuparte por el dinero.

Mi hermanastra y mi madrastra están sentadas alrededor de la mesa desayunando.

Mi hermanastra, con expresión soñolienta en el rostro, mordió un trozo de pan.

Ya estaba pensando en ponerme mi uniforme e ir a la escuela.

Nunca desayuno con mi familia.

Es solo silencio y una atmósfera pesada.

—... No, como dijiste antes, me voy de casa después de graduarme. No puedo molestarlos más.

Madrastra volvió a poner una cara de amargura.

Aún lo recuerdo.

Es difícil pagar la escuela con dos hijos... y uno de ellos siempre se mete en problemas.

¡Un chico que es violento con una chica no es mi niño!

Tú, abusador... ah, por qué... cielos... quiero que te vayas de aquí.

Eso es lo que me dijeron cuando era niño.

Mi madrastra me miró con amargura.

—E-esa era una metáfora para regañar... Eres mi hijo, así que sé firme y dale un buen ejemplo a Haruka. Eres su hermano mayor...

... Eres su hermano mayor.

No sé cuánto me han roto el corazón estas palabras.

... Está bien. No siento nada en este momento.

—... Si entiendo.

Mi hermanastra somnolienta murmuró mientras derramaba migas de pan.

—Ugh, no puedo recordar nada de anoche... Lo olvidé cuando me fui a la cama... Tengo tanto sueño... Onii-chan, te vas... de casa, ¿te vas de viaje a alguna parte?

Madrastra limpió la boca de mi hermanastra con una mirada extenuada.

Es un gesto como cuidar de un niño pequeño. Es como si no la estuviera tratando como estudiante de preparatoria.

—No tienes que preocuparte por eso. Vamos, vas a llegar tarde, prepárate.

—Fuai~... O-Onii-chan no sigas...

Agarré mi bolso y salí de la sala.

No me disgustan los días escolares.

Hay muchos estudiantes allí, por lo que las posibilidades de ver a alguien que conozca son escasas. Nadie quiere hablarme.

No hay nadie a mi alrededor.

Aunque muchos estudiantes caminen hacia la misma escuela.

Hay momentos en los que tengo una sensación extraña.

¿Qué pasaría, si pudiera ir a otro mundo?

Entonces comencé a escribir mi novela.

Esta mañana, me sentí un poco diferente de lo habitual.

No suelo mirar mi teléfono, pero sentí una curiosidad irresistible acerca de mi página en el sitio de la novela.

No es que esté esperando nada. Es una novela que me gusta escribir.

Me encontré revisando mi página.

... Sin notificaciones, eh.

Los mensajes no llegan con tanta frecuencia. Pero el mensaje de Pomeko anoche me tranquilizó.

Nyanta To Pomeko Donde viven las historias. Descúbrelo ahora