Capítulo 14 ✧

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Jimin se despertó cuando el sol de la mañana empezó a filtrarse por las cortinas. Sonrió mientras se estiraba como un gato, sintiéndose mejor que en mucho tiempo.

Giró la cabeza, miró el reloj y se sentó enseguida. ¡Las diez de la mañana! ¿Cómo podía haber dormido tanto?

Había tenido una noche agotadora, en la que Jungkook y él habían hecho el amor tres veces y Minjung lo había hecho levantarse otro par, pero aun así, lo normal era que Minjung estuviera hace un rato despierto.
Se giró para sentarse al borde de la cama y su mano tocó un papel.

Tuve que irme a trabajar. Minjung está con Rosé. Volveré a la hora de la cena.

Te ama, JK.

Directo al grano, típico de él. Lo que no era normal era que le dijera que lo amaba con tanta frivolidad. ¿O lo había hecho sólo por costumbre?

A Jimin se le encogió el corazón, pero prefirió no darle demasiadas vueltas al tema. Al menos, por el momento.

Salió de la cama, se puso un pantalón de lino negra y una camisa roja, y salió del cuarto para bajar. Se acercó a varias habitaciones antes de encontrar a Minjung, que estaba en la biblioteca. Había una manta azul en el suelo, y allí estaba su hijo, rodeado de juguetes, con la misma chica que lo había cuidado la noche anterior, que también estaba sentada en el piso, haciéndole muecas y jugando con él.

–Señor Jeon –murmuró ésta al verlo llegar, levantándose y colocando ambas manos con nerviosismo detrás de su espalda.

–En realidad soy Park –respondió Jimin automáticamente, acercándose a la manta para arrodillarse al lado de su hijo y arrullarlo.

Minjung rió e intentó agarrarle el pelo. Jimin rió también y le dio un beso en el cachete.

–Gracias por cuidarlo de nuevo –dijo, levantándose y yendo a sentarse a un sillón.

–Es un placer, señor. El señor Jeon me dijo que le podía dar un biberón, así que ya comió. También lo cambié.

Jimin asintió y sonrió. Deseó decirle que se fuera y quedarse a solas con su hijo, pero le dio pena, sobre todo, sabiendo que Hyejin era una dictadora con sus empleados.

Se levantó, le dio otro beso en la frente a Minjung y lo dejó de nuevo sobre la manta.

–¿Te importaría cuidarlo un rato más? –le preguntó a la chica–. Me gustaría comer algo.

La joven lo miró aliviada y corrió a sentarse junto a Minjung.

–Por supuesto, señor. Tómese todo el tiempo que quiera.

–Gracias.

Jimin fue hacia la cocina, a pesar de saber que debía ir directo al comedor y allí aparecería un empleado que le pondría el desayuno en un minuto. El personal de cocina estaba ocupado recogiendo el desayuno del resto de la familia y preparando la comida cuando él llegó.

–Señor Jeon –dijo una de las mujeres, sorprendida al verlo allí. Jimin sonrió y no se molestó en corregirla.

–Hola, ChaeYeon. Me alegro de verte.

La mujer sonrió con cariño.

–Yo también, señor.

–¿Cuántas veces te he dicho que me llames Jimin? –preguntó este en tono amable.

La mujer asintió, pero Jimin supo que la regañarían si lo llamaba por su nombre.

–No he desayunado. ¿Podrías prepararme una ensalada de frutas y zumo de naranja? –añadió, sabiendo que no debía intentar prepararse nada él solo.

Shīqù ài┃KOOKMIN┃Donde viven las historias. Descúbrelo ahora