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Eternally

YeonJun se encuentra frente a él. Están besándose y acariciando sus cuerpos. El mayor suspira en su oído su nombre y SooBin siente escalofríos.
Los susurros comienzan a ser más comunes y luego de un tiempo comienzan a oírse como gemidos de queja, luego como sollozos. SooBin se separa, asustado, y ya no es él. YeonJun está llorando, con sus manos atadas, mientras el profesor sigue pasando las manos por su cuerpo, y el mayor solo llora, sin poder hacer nada.
SooBin quiere ayudarlo, o al menos dejar de ver eso, pero no puede hacer nada, está paralizado.

Se despierta finalmente, agitado.
Mira a su alrededor. Son las cinco de la madrugada, TaeHyun sigue durmiendo y hay puro silencio.

Se levanta de su cama y rápidamente va a la habitación de YeonJun. Sorprendentemente lo encuentra en su cama, despierto y hecho una bolita. Al oír la puerta abrirse, el mayor mira hacia esa dirección.

— Buenos días.— susurra con una sonrisa, sus ojos están rojos e hinchados.

SooBin rápidamente se dirige a su cama en silencio, se sienta allí y le da un dulce beso en los labios, acariciando sus mejillas.

YeonJun se siente raro, pues sabe que el menor no es de dar ese tipo de besos o cariños, pero a la vez se siente tan bien que no quiere cuestionarlo.

Ambos se acuestan en la cama de YeonJun, abrazados.

— No... No puedo dejar de soñar con eso, incluso si ha pasado una semana...— SooBin habla deprimido, escondiendo su cara en el cuello del mayor— Siento tanto todo lo que sucedió... Lo siento, YeonJun, lo lamento.

YeonJun lo abraza fuertemente.

— No fué tu culpa, Binie...— susurra, dándole un beso en la frente— Yo también tengo esas pesadillas, todas las noches...

SooBin sentía que iba a llorar, pero aún así aguantó su llanto.

— Mi corazón está lleno de recuerdos tristes... De hecho, se siente como si ésto fuera un sueño eterno, una pesadilla eterna, de la que nunca podré despertar... Solo quiero ser salvado... Y quiero salvarte a tí también...

YeonJun tomó las mejillas del menor, besándolo dulcemente. Sus labios encajaban perfectamente en ese beso, que no era caliente, ni desesperado... Simplemente tranquilo, cariñoso y lleno de sentimientos.

YeonJun sabía que allí se sentía mejor que nunca... Y no estaba bien con eso, por primera vez en su vida tenía miedo de lo que fuera a pasar en su relación con SooBin... No quería que le rompa el corazón.

— Prométeme que no te irás... Prométeme que nunca me dejarás solo...— susurra en sus labios.

Sabe que SooBin nunca promete cosas que no podrá cumplir, pero está tan desesperado por su cariño, que ya no le importa.

— Lo prometo.— responde sin titubear, lo que sorprende al mayor— Nunca te dejaría solo en éste mundo hecho pedazos... Te llevaré conmigo a donde sea.

YeonJun sonrió e intentó retener sus lágrimas, besando nuevamente a SooBin.
Al poco tiempo, debieron levantarse para comenzar su día de clases.

Los días se sentían fuera de lo común desde lo que había pasado, como si todos sus compañeros los estuvieran observando debido a eso.
SooBin y YeonJun no pudieron evitar sentirse incómodos mientras la ansiedad los mataba a la hora de desayunar ¿Los estudiantes sabían lo que había pasado con su profesor de Golf? ¿Porqué no decían nada? Solo sus amigos se veían preocupados y hablaban con ellos, pero el resto de alumnos simplemente los observaban, casi juzgandolos.
Luego de sus clases comunes, el almuerzo fué lo mismo, y YeonJun, harto de la situación, tiró su plato de comida al suelo, rompiéndolo en un estruendoso ruido.