Not for sale

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Miércoles, y la semana parecía interminable.
YeonJun se despertó debido a una mano que tocaba suavemente su hombro, intentando despertarlo.
Se sorprendió al ver a SooBin sentado sobre su cama.

—¿Bin?— preguntó un poco perdido, mientras se fregaba sus ojos con los puños.

—Shh, cállate.— respondió como siempre, para nada cariñoso— Ahora vístete rápido y acompáñame.

—¿Ahora?¿Pero qué hora es?— miró por su ventana— Ni siquiera amaneció.

—Son las cuatro y media.— respondió y el mayor abrió sus ojos, casi al borde de regañarlo por haberlo despertado tan temprano— Ya, ayer dormiste temprano, hoy debes ayudarme. Anda, vístete.

El mayor obedeció, aunque de mala gana.
Comenzó a sacarse su ropa descaradamente mientras SooBin mantenía su mirada sobre él.

—Deja de mirarme tanto.— rió en voz baja.

HeeSeung seguía dormido, y BeomGyu no estaba en su habitación.

Al salir, se encontró con Jay, quien lo miraba un poco nervioso.

—Bien, no entiendo nada ¿Qué vamos a hacer a ésta hora?

—Te lo explicaré, pero en el camino, porque tenemos apenas media hora.

Mientras se dirigían a, al parecer, la oficina de la directora, SooBin le explicó que harían.

Según Choi, su directora tenía una habitación detrás de su oficina, y solía despertarse a las cinco de la mañana para comenzar con su trabajo. Así que literalmente, tenían solo media hora hasta que su profesora se despertara para comenzar su trabajo en la oficina.

—SooBin, yo no voy a robar, ya te lo he dicho.— el mayor habló desganado.

—Y yo te dije que ésto no es robar, pero está bien, puedes irte ahora, Jay y yo podemos solos.

YeonJun bufó y aún así lo siguió.

Las oficinas estaban cerradas, pero Jay rápidamente sacó un clip de su bolsillo y de alguna forma logró abrir la puerta. En completo silencio, ambos comenzaron a caminar por la oficina de la secretaria y la de la directora.
SooBin a paso rápido se dirigió debajo del escritorio de la directora, encontrando así una caja fuerte.

—Joder, ésto realmente está pasando.— dijo YeonJun un poco preocupado, y SooBin lo calló.

—No es la primera vez que hago ésto, cállate.

Colocó la clave correctamente y abrió la caja.

YeonJun y Jay abrieron sus ojos tanto como les era posible. El menor del grupo rápidamente comenzó a tomar el dinero, pero SooBin lo detuvo.

—¿Qué haces hyung? Tomemos todo lo que podamos y vámonos.

—¿Estás loco? Claro que no imbécil, suelta ésto.— tomó el dinero que Jay había guardado en sus bolsillos y devolvió todo— No puedes tomar todo lo que quieras, debe ser poco, o la directora se dará cuenta.

—¡Aquí hay millones! No va a contar billete por billete, joder.

—Pues no, si no hay un gran cambio en la cantidad, no va a contarlo... Por eso debemos tomar poco. El viernes volveremos y tomaremos más ¿Ok?

YeonJun los observó a los dos. Jay se veía frustrado y molesto, pero aún así obedeció a SooBin.
El peli-azul tenía cierto aire de liderazgo que volvía loco a YeonJun.

Antes de salir de la sala, SooBin y YeonJun robaron algunas cosas, como estatuillas que parecían costosas, libros y demás cosas, pero que si no las mirabas de cerca ni siquiera te dabas cuenta de que estaban allí. Según SooBin, podrían vender esas cosas y generar más dinero del ya tomado.

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