Kitty Gang - Yoonmin [+18]

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Si creen que ustedes son los únicos que tienen que volver a releer están equivocados. Tuve que releer mi propia historia dos veces.

Tenemos unos asuntos pendientes de los cuales no he dado indicios de dar fin, así que aquí vamos.
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   El viaje se estaba alargando. A pesar de que Jackson estaba conduciendo como si estuviera siendo amenazado por él, aquel tráfico los tenía a todos enojados, pero mucho más a Yoongi. Estaba acostumbrado a calles limpias o con al menos seis carros como máximo.

—¡Muévanse mierda! —gritó Yoongi dándole un puñetazo al volante del auto, haciendo sonar el claxon.

—Deja de golpear el volante chino —se quejó Jackson—. Hay un accidente más al frente, así que estaremos aquí un buen rato.

—¿Cómo mierdas puedes estar tan tranquilo? —preguntó Yoongi con asco en su voz.

—Llega un momento en el que te acostumbras —fue todo lo que respondió moviendo su auto unos centímetros.

   Yoongi observó a Jack y al amigo de los gemelos en el asiento de atrás. Mientras Mateo le regaló una sonrisa, Jack ni siquiera le prestó tanta atención, estaba leyendo en Wattpad una escena que lo tenía en el borde del colapso, así mismo como están ustedes.

—¿El teléfono de alguno de ustedes sirve? —preguntó Yoongi y ambos asintieron mostrando sus respectivos aparatos.

—¿Por qué tendría un teléfono que no sirve? —preguntó Mateo.

—Mateo, se refirió a que si alguno de los teléfonos llama o al menos manda mensaje —respondió Jackson.

—Ah —Mateo extendió su móvil hacia Yoongi—. El mío llama y recibe y envía mensajes.

—Todo lo que necesito —dijo Yoongi tomando el aparato de las manos del otro y comenzando a marcar aquel número que tan bien se sabía de memoria—. Vamos Hwang, contesta.

   La primera llamada hacia su "mano derecha" no tuvo éxito, ni la segunda, ni la tercera, ni la vigésimoséptima. Todos le indicaban lo mismo: que el número no estaba disponible.

—¿Qué podría estar haciendo ese cabrón? —preguntó para sí mismo llamando al teléfono de la oficina de la instalación.

   Primero sonaron dos pitidos, y la voz de una mujer se oyó del otro lado.

—¿Min Yoongi? —preguntó ella sorprendida—. Gracias a dios llamas, no he tenido informes de ti desde que saliste con el avión.

—Lo siento Nayeon, tuve un accidente —respondió Yoongi dejando salir una muy leve sonrisa—. Necesito tu ayuda.

—¿Qué necesitas de la instalación? —preguntó ella observando que nadie le veía, aún estaba en turno—. ¿Qué documento necesitas?

—Ninguno, solo necesito que me localices a Hyunjin.

—Dame unos segundos.

—¿Le metes implantes de rastreo a tus compañeros o como funciona? —preguntó Jack tras él.

—¿Y a ti que te importa?