Capitulo 10

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Los borrachos siempre dicen la verdad

Teo

Años antes

-Recuerdas cuando éramos más chicos creo que teníamos ¿11?... Da igual, en fin eran unas semanas después de que te dijeran lo de tu madre el por qué si yo tenía la mía la desaprovechaba tanto y el por qué no iba visitarla.

-No tienes por qué darme...

-Te las quiero dar... te las quiero dar por que en parte es por mí, me cuesta hablar de este tema con las personas, cada vez que lo toco siento una necesidad de escapar de no seguir con ello pero en cambio contigo es diferente es como si de cierta manera lograras comprenderme y tuviera la seguridad de decírtelo...

-Gracias por querer contármelo.

-Gracias por ser la única persona que me quiere por elección propia- dijo con una sonrisa triste.

-No digas eso, tienes a tu familia.

-No, es diferente ellos me quieren por eso por ser su sangre, por responsabilidad, tu no tenías por qué quedarte a mi lado y aquí estas.

-Porque fue mi elección Atenea, sabes que por eso somos amigos.

-Esa es la razón tu elegiste estar conmigo ni siquiera tuve que pedírtelo y eso es lo que te hace diferente a las demás personas que dicen quererme, eres la primera persona que lo hace por como soy.

-Muchas personas lo hacen están tus tíos, tus abuelos...

-Teo no sigas- negó con la cabeza- mi madre o bueno- soltó una risa triste- lo que dice que es, me ha hecho creer que nadie lo haría, pero estaba equivocada mira aquí estas.

-¿Por qué lo dices?- me anime a preguntar.

-Mi madre no solía estar en casa creo que esa parte ya la sabes, el cambio constante de las niñeras lo de mi padre y la obsesión de mi madre por sacar la empresa adelante... pero ahí no termina todo desde pequeña solía ir al nutriólogo para mi madre era muy importante que yo tuvieran el cuerpo perfecto para "sacarme provecho" a su manera claro. Cuando trataba de comer un poco más de lo apropiado me insultaba, al punto de maldecirme o desearme la muerte solo... tenía 7 años apenas era consciente de lo que era bueno o malo.

Sentía la sensación de que faltaban cosas que no estaba contando por completo la historia.

-Dilo Ate- tome su mentón para levantarlo- no te detengas ni te avergüences necesitas hablarlo no te lo guardes.

-Me solía decir "deseas estar gorda ¿para que a los niños les provoques asco?" "a los niños no les gustan las niñas con relleno de puerco" "deja de comer no ves como estas" "¿quieres ponerte más panzona de lo que estás?"  Después de que me decía eso trataba de volver a regularme de acuerdo a la dieta y cambiaba de insultos en lugar de decir mi nombre se refería a mi como "Tabla" o incluso "Anémica" no lo graba darle gusto de ninguna manera... después siguió mi fisionomía, mis gustos, mi forma de relacionarme con las personas e incluso lo que dibujaba. En el colegio no había gran diferencia, ni siquiera podría lograr a ser amigas, solían ponerse todos de acuerdo para hacerme "la ley del hielo" yo hablaba con mi maestra las primeras veces y ella hablaba con mi madre, lo máximo que llegaba a hacer por mí era decirme que me lo merecía por no ser bonita como ellas.

Era por eso que Atenea lo había dejado su madre había metido tanta inseguridad en ella...

Los dibujos que había en su cuarto que ahora solo eran trozos de papel pegados con cinta... era eso, cada inseguridad que su madre

Esto es ÁgapeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora