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⠀ Le besó la naricita cuando HyunJin se tomó su jarabe. Con esto de la gripe, YongBok no había podido recibir demasiado afecto de parte del contrario ya que podía contagiarse y el mayor no quería eso.
Necesitaba abrazos, besos y mimos pero el australiano estaba muy débil y cansado como para poder dárselos.
El castaño se sentía mal pero cuando YongBok aparecía y fingía ser su enfermero se ponía demasiado contento, deseaba recuperarse pronto para agradecerle todo con mucho MUCHO cariño.
Pasaron seis días y los pañuelos estaban desapareciendo al igual que la fiebre. YongBok sonrió al ver a su castaño despertarse con un poco más de energía.
— ¿Cómo te sientes hoy?
— ¡mucho mejor!
Su naricita seguía algo roja y sus ojitos cansados más su sonrisa era genuina. YongBok abrió las ventanas y la puerta dejando que los rayos del sol iluminarán el ambiente y el aire cambiara. Sí tenía suerte, hoy podría volver a dormir junto a su hyung en el mismo cuarto.
Bajó su barbijo luego de tomarle la temperatura que era de 35.7° y se sentó al lado de él en la cama con el desayuno en mano.
— Desayuna hyung.
HyunJin sonrió tiernamente, derretía el corazón de YongBok con su sonrisa.
— Quiero desayunar otra cosa.
— Aún no estás bien del todo. El HyunJin de siempre comería sin objetar porque ama comer.
YongBok hizo puchero. Hyun rió y lo miró con sus mejillas rojas
