🍊 • 𝚃𝚑𝚎 𝙴𝚗𝚍 • 🌊

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Lo recordaba como si hubiera sido ayer. El suave canto de los grillos entre aquel paisaje nocturno y las pequeñas luciérnagas que volaron al sentir los pasos de los dos enamorados que ahí caminaban.

Cuando el más alto tomó su mano más no articuló palabra alguna, no hacía falta hablar para entender lo que el otro pensaba.

Y el tierno beso que se dieron quedó grabado en su memoria para siempre, ya que fue el primero que se dedicaron siendo pareja.

Meses antes salió del hospital después de haber recuperado la memoria, se sentía feliz, no solo por estar de regreso, también por la encantadora "bienvenida" que tuvo al despertar en aquella blanca habitación.

Recordaba las palabras del mayor, el primer "Te amo" de ambos.

Y ahora recordaba todos aquellos momentos con nostalgia.

El campo al que lo llevó una noche de primavera, lleno de los pequeños insectos brillantes que le daban un toque mágico.

El mismo en el que pidió ser su pareja.

Aún recordaba las palabras de su amado, palabras que le tocaron el corazón y plantaron un rubor en su rostro.

"Cuando te entregué aquel cuaderno rosa, lleno de figuritas de gatitos y palabras en japonés, nunca imaginé que el chico que tenía enfrente se convertiría en lo mas importante de mi vida, en mi razón de respirar y seguir adelante, en mi motivación para no agarrar mi arma y dispararme cuando sentí que no podía más... A lo que quiero llegar, es que desde que te conocí, mi vida dejó de ser una mierda... Bueno, casi, jaja... Y estoy muy agradecido de tenerte aquí conmigo. Porfavor, Keith, sé mi novio"

En aquel entonces sintió como su corazón latía con fuerza en su pecho, la emoción recorrió sus venas y la alegría desbordaba de su cuerpo en forma de pequeñas lágrimas.

Dijo que sí, con mucho entusiasmo saltó a los brazos de su amor y se abrazaron con fuerza.

"... Enserio ya pasó tanto tiempo...?" Pensó con una expresión nostálgica, mientras observaba en su celular aquella selfie que se tomaron ese día, hace cinco años.

Una lágrima escapó de su rostro junto con una sonrisa, todo lo que habían pasado juntos lo llenaba de un sentimiento inexplicablemente agradable.

—Estas bien?—

Preguntó alguien a sus espaldas; se dió la vuelta para ver de quién se trataba.

—Si, es solo que... Estaba recordando...—

La jóven rió suavemente.

—Te están esperando allá afuera... Vamos?—

Tomó la mano de la mayor.

—Gracias por venir Miku—

—Nunca me perdería un momento tan importante en la vida de mi hermanito—

Ambos se abrazaron.

—Gracias, Nee-San—

La peliceleste sonrió.

Comenzaron a caminar en dirección a la salida de aquel cuarto en el que se encontraban.

Al salir, una hermosa decoración de rosas blancas y tulipanes amarillos los recibió, junto con el ruido que hacían los invitados presentes, todos conocidos.

Una suave música comenzó a sonar y todos los reunidos miraron hacía él, quién solo se dedicó a jugar nervioso con el ramo de flores que yacía entre sus manos.

Siguieron el camino de pétalos blancos que había en el suelo, con suma delicadeza, siguiendo el calmado ritmo de la música.

Su ansiedad aumentaba al ver que se detenían, y al levantar la mirada sus ojos brillaron al ver a su pareja, talvez igual o más nervioso que él, sonriéndole.

Miró a su hermana, quién sonrió mientras lágrimas de orgullo resbalaban por sus mejillas.

A los lados del pequeño altar estaban sus damas de honor, Cherry, su mejor amiga, que lo acompañó toda su vida, Sarvente, quién a pesar de ser religiosa tenía el pensamiento de que Dios no castiga el amor ni te juzga por tus gustos o creencias, que Él ve lo que hay en tu corazón. Ambas lo miraban con alegría y emoción, y Nene, mejor amiga de su pareja.

Tomó la mano de su prometido y se posicionó enfrente de él. Se miraron con los ojos brillantes y algunas lágrimas que amenazaban con escapar de sus ojos.

El padre empezó a hablar;

—Hoy estamos aquí reunidos para unir en matrimonio a estos dos jóvenes, quiénes a pesar de los prejuicios del mundo, han sabido aceptar y recibir su amor.—

Después de unas cuantas palabras, el hombre dirigió la vista al más alto, indicándole que era hora de que dijera sus votos.

El pelinaranja sujetó con sumo cuidado la mano de su pareja y con delicadeza le colocó el anillo.

—Y-yo... E-estoy muy feliz de poder pasar el resto de mi vida a tu lado, porque te amo. No hay palabras para describir el sentimiento de despertar a tu lado todos los días... Y saber que a pesar de las críticas de la gente, siempre podremos enfrentarlo... Juntos—

No pudo contener las gotas saldas resbalando por su rostro. Ahora era su turno.

Tomó aíre y se preparó para hablar.

—Cuando eramos niños... Me creía incapaz de lograr algo en la vida... Pero llegaste tú y me ayudaste, y yo también te ayude... Gracias por darme la oportunidad de sanar tu corazón, y gracias por sanar el mío...—

Terminó de poner el anillo en el dedo de su amado.

Los aplausos no se hicieron esperar, ambos amantes conectaron sus miradas, llenas de sentimientos y emociones, pero uno predominaba; el amor.

—Y con estas conmovedoras palabras, procedo a preguntar; Keith, acepta usted a Pico cómo su legítimo esposo, amarlo en la salud y en la enfermedad, en la pobreza y en la riqueza, hasta que la muerte los separe?—

—Acepto—

—Pico, acepta usted a Keith Hatsune cómo su legítimo esposo, amarlo en la salud y en la enfermedad, en la pobreza y en la riqueza, hasta que la muerte los separe?——

—Acepto—

—Bien, puede besar al novio—

Poco a poco se fueron acercando, el más alto sujetó la cintura del menor, quién rodeó el cuello del contrario con sus brazos.

Dada la poca distancia, pudieron ver a detalle la felicidad reflejada en el rostro del otro, y finalmente unieron sus labios en un beso cargado de amor, acompañado de los aplausos y gritos de la multitud presente.

Se separaron lentamente y rieron, se tomaron de las manos y comenzaron a caminar hacía la salida.

Los invitados les arrojaban arroz como parte de la tradición, y antes de retirarse de aquella fiesta que se estaba empezando a formar, el peliceleste arrojó el ramo de flores. La mayoría de las chicas se lanzaron a atraparlo, pero éste cayó en la cabeza de uno de sus amigos a los lejos.

Whitty miró algo molesto lo que le había golpeado, pero se sorprendió al ver de lo que se trataba. Miró a su pareja, quién se encontraba enfrente suyo, pero el ruso se levantó de golpe y salió corriendo totalmente avergonzado.

Los recién casados rieron fuertemente ante aquella escena.

Se subieron al auto que los esperaba, y en cuanto se estaban alejando escucharon como a lo lejos la música se volvía más animada.

Hay cosas que no se pueden arreglar, como la relación del mas bajo con su padre, el cual nunca se dignó en pedir perdón a sus hijos, o los traumas del mayor, eventos que lo marcaron de por vida. Pero nada de eso debe impedirte despertar un día y decir, "Fueron malos tiempos, pero ya pasaron".

𝙈𝙚𝙢𝙤𝙧𝙞𝙚𝙨 ✮ 𝘗𝘪𝘤𝘰 𝘹 𝘉𝘰𝘺𝘧𝘳𝘪𝘦𝘯𝘥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora