Princesas Encantadoras

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Autora:M-neko-chan [E.N].

Los personajes de Princesa Encantadora no me pertenecen, pero la historia es completamente mía y 100% original.

Todos los derechos están reservados a su autor, quién no permite que su obra sea utilizado o adaptada, sin su consentimiento.

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[Mirando al pasado 1/2]
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Claude nunca podrá sentir lo que Félixs sintió con Athanasia en ese entonces.

¿Cómo era Athanasia cuando era una bebé? ¿Cómo fue cuando aprendió a caminar? ¿Qué fue lo que dijo cuando aprendió a hablar?.

—Ya lo recuerdo.

Si, lo recordaba por que Félixs se lo dijo cuando estaba borracho y lo enfrentó.

<[—"¡Su primera palabra fue “¿Mi papá y mamá no me aman verdad?".]>

Félixs se atrevió a levantar esa noche una espada contra él mientras le gritaba.

<[—"¡Ella se negó a hablar hasta hoy, su cumpleaños 3! ¡¿Y sabes por qué Claude? ¡Por qué ella los esperó para que fuera los primeros en escucharla decir sus primeras palabras!".]>

Todos pensaron que la princesa bastarda era muda por que nunca escucharon una palabra de ella.

Pero la realidad fue esa, ella los espero durante ese tiempo.

—Damos comienzo a la seremonia para despedir a nuestra querida princesa a los brazos de la diosa de la luz.

Pero ahora todo era diferente.

Ahora todos estaban en la cátedral donde las coronaciones, bodas y funerales de la familia real se llevaban a cabo desde la fundación del Imperio.

—Athanasia de Alger Obelia, primera princesa del imperio Obeliano.

Todo estaba en silencio, solo el suave llanto de la emperatriz se escuchó con claridad dentro de la gigantesca estructura.

—Todo el imperio reza con fervor por tú renacer y felicidad en la próxima vida que te espera.

Las palabras del obispo continuaron, la ceremonia se llevó a cabo en medio de un ambiente deprimente, y dejaron para el final la tan destacada coronación.

—Sus majestades, por favor, un paso al frente.

Claude y Diana se levantaron de su lugar. El sonido de sus tacones y botas se escuchó en el piso de mármol cada vez que se acercaban hasta el ataud.

El vestido de la emperatriz era negro al igual que el del emperador.

El espeso belo fúnebre cubria el desordenado y cansado rostro de la luna del imperio.

Lucas estaba a un lado del ataúd, abajo de sus ojos habían grandes bolsas negras.

En sus manos que cubrían dos magníficos guantes de cuero oscuro había un cojín vino de gamuza donde descansaba una tiara de diamantes y zafiros.

La corona de princesa que una vez se le negó a Athanasia.

Ambos habían llegado al frente y entonces, Diana no pudo contener su silencioso llanto.