Esconder.

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Nayeon's pov.

Nayeon en toda la clase intentó no sonrojarse y prestarle atención a lo que estaba enseñando, pero como había estado pasando habitualmente, no podía quitarle la mirada de encima a Tzuyu.

En algunas ocasiones le regalaron flores pero jamás la habían hecho sentir de esta forma, estaba conteniéndose con todas su fuerzas para no robarle un beso a Tzuyu. Nayeon sabía que la morena aún no tenía idea de lo que ella ya estaba comenzando a confirmar, bueno eso cree.

Desde el momento en que conoció a la menor no había podido dejar de mirarla, desde el comienzo la atrajo con una fuerza inexplicable, por lo que sus "discursos" que hacía cuando estaba sola jamás salían a la luz cuando Tzuyu la buscaba.

Desde el primer segundo en que la conoció un sentimiento extraño tomó lugar en su cuerpo, el aroma de Tzuyu la envolvía, le parecía fascinante, de tantas formas, le parecía relajante y a la vez dominante e imponente, después de todo es una alfa y definitivamente no una alfa cualquiera.

Su aroma es muy llamativo, es una combinación, tenían eso en común, el de Tzuyu es piña, naranjas y algo de ciruela, algo peculiar pero Nayeon lo encontraba inigualable. La hacía recordar el verano.

No tenían mucho tiempo conociéndose, si acaso unas cuantas semanas, pero no necesitaba de mucho tiempo para darse cuenta del vínculo que sentía con Tzuyu, sus sospechas ya estaban comenzando a tomar forma.

Sabía que es lo que estaba pasando pero aún no lo iba a admitir, simplemente culparía al físico de la morena por sus deseos, trataba de convencerse a sí misma que solo es algo carnal.

Porque eso es algo que notó de Tzuyu, llama la atención a donde quiera que va, no diría que todas pero sí una buena cantidad de estudiantes endulzaban su aroma cada vez que se acercaban a la morena y también podía notar que Tzuyu no tenía idea alguna de eso.

Sí, le echaría la culpa a su físico, a sus bonitas manos grandes, piernas trabajadas y brazos bien formados, preferiría olvidar sus gestos tan delicados, la forma tímida en la que sonreía algunas veces, la linda forma en que fruncía el ceño cuando está confundida y sus ojos que brillaban más cada vez que veía la luna, no admitiría todo eso, aún.

Pero aunque trataba de hacerse creer eso. No podía ni siquiera hacérselo creer por un segundo. De por sí Tzuyu podría llamar su atención sin tener ninguna unión pero no podía ignorar el lazo que compartían sus lobos.

Si, Nayeon lo sabía, sabía que Tzuyu es su predestinada.

Trató de hacerse creer que no, que ella estaba equivocada pero todas sus dudas recibieron una respuesta el día que su propio lobo le pidió ir en busca de la morena, para luego de eso darse cuenta que ella la necesitaba, ese día todos sus pensamientos se confirmaron.

Incluso cuando trataba de huir de la realidad se daba cuenta que no tenía ninguna escapatoria, su piel reaccionaba inmediatamente cuando se encontraba con la de Tzuyu, a pesar que no es una omega sumisa y no busca estar bajo el cuidado de nadie, eso es lo que deseaba ser cada vez que los orbes ajenos se encuentran con los suyos.

Es como si un hechizo se apoderara de ella, el día que le pidió que debían dejar de verse porque se enteró que sería su maestra, su lobo estaba completamente insoportable y triste, porque a pesar que Nayeon tiene mucho control sobre sí misma y de lo que decide, a veces, solo a veces, cuando se trata de Tzuyu tiene que poner más esfuerzo de lo normal.

Un refugio para dos | NATZU G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora