Como termina Moana.

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Las omegas sabían disimular muy bien. Apenas dejaron de mirarse siguieron como si nada, como si esta no es la segunda vez que Tzuyu está presente en su guerra de miradas.

Las madres de la alfa no notaron nada y la morena tampoco cree que exista posibilidad de que se dieran cuenta de algo, la única forma que podría revelarse la incomodidad del momento sería porque sus aromas llegaran a revelarlo. Lo disimulan muy bien, especialmente Nayeon, que incluso Tzuyu pensó que se había imaginado sus rostros impresionados en un principio.

Se encogió de hombros restándole importancia, si las dos aún no habían hablado del tema ella no era la indicada para sacarlo a la luz. Siguió a la cocina en busca de una galleta, Sana estaba ahí recostada a la pared, la alfa con solo mirarla piensa que está buscando una forma de camuflarse porque no se mueve, solo observa su teléfono. Ella no iba a ser grosera e ignorar su presencia así que la saludó.

—Hola Sana—le saludó sonriéndole, no se detuvo a su lado, no quería tener ninguna conversación, bueno, realmente si pero no al frente de sus mamás. No quería que escucharan de más, aunque, tampoco es que una conversación esté asegurada para hoy.

La omega pelirroja le sonríe y vuelve a prestar atención a su teléfono, sí, Sana no sabe disimular, es obvio que está incómoda.

La morena desde siempre ha encontrado a Sana adorable, incluso siendo mayor que ella, es algo en su actitud... Aunque, no del todo, la omega no se comporta como una niña ni nada de eso, es solo su forma de ser, la alfa no sabe cómo describirlo bien.

—Sana ¿Quieres probar?—la llamó extendiéndole el plato de galletas, espera que eso ayude a que la situación se vuelva menos incómoda entre ellas dos. Eso es lo que nota ella porque para sus mamás y hermana del otro lado de la habitación todo pasa desapercibido.

Sana se acerca a ella sonriéndole como siempre lo hace, de esa manera tan femenina... Si es que tiene sentido lo que dice la alfa ahora, no sabe si así es exactamente como quiere describirlo pero Tzuyu jamás ha tenido la ventaja cuando de palabras se trata, así que...

La pelirroja toma una de las galletas, sin dejar de sonreír agrega:—Ya comí las suficientes para mañana no tener que desayunar, pero gracias.

Tzuyu se ríe y vuelve a poner el plato sobre la isla. Sí, se puede apreciar como cambió el ambiente volviéndose más liviano. Su teléfono vibra robándose su atención dejándole saber que tiene un mensaje, se ríe cuando ve la pantalla encenderse mostrando el nombre ¿Cómo es que no lo vio venir?

Joy: (9:18PM)

¿Viste quién está en tu casa?

Joy: (9:19PM)

Es el amor de mi vida.

Tzuyu niega con su cabeza mientras sonríe, no es algo nuevo que Joy todo el tiempo actúe como si estuviera soltera cuando de Sana se trata. La morena decide no responderle porque no quiere hablar sobre el enamoramiento unilateral de una de sus amigas con su tía.

El sonido de la puerta principal cerrarse hace que deje de prestarle atención a los mensajes que siguen llegando, Joy no quiere que la ignore y se lo está dejando saber enviando mensajes letra por letra. Apenas unos segundos después escucha unos pasos acercándose, Sana evidentemente se tensa más y la alfa no sabe porqué pero ahora ella también tiene miedo, no comprende, no debería tenerlo en primer lugar.

Lo siguiente que ve la alfa es a Nayeon con Chaeyoung entre sus brazos. Se asombra, ladea un poco su cabeza. La imagen es ¿tierna?, ve los delgados brazos de su hermana menor alrededor del cuello de su omega, Chaeyoung la abraza como si llevara años conociéndola y no como si tuviera apenas unos cinco minutos de haberla visto por primera vez... Es curioso por decir lo menos.

Un refugio para dos | NATZU G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora