Uno

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Rapidamente con fastidio apagó aquel irritante sonido para levantarse como si se tratase una momia y entrar al baño a asearse y a los minutos salir con más energías.

- Mierda esta vez me desperté 5 minutos tarde - iba bajando las escaleras y se colocaba más ordenado el uniforme para entrar a la cosina y comenzar su rutina diaria.

El pelirosa tomo los moldes de su trastera y dos loncheras. A los 45 minutos termino de hacer su rutina, solo le faltaba aguardar en aquella manta que tenía muchos corazones.

- ¡Listo! - las aguardo en su mochila para salir con una manzana y ver el reloj - ¡Mierda!, ¡Mierda! Se me hizo tarde - eran las 7:55 y entraba a las 8:30, de su casa se hacía alrededor de 15 o 10 minutos pero tenía que seguir su rutina y llegar puntual a su clases si no quería ser suspendido. Salió de su departamento y bajo todas las escaleras para tomar su bicicleta y manejar con velocidad hacia la escuela.

Dió gracias al ver que eran las 8:10 a.m, rápido dejo parqueada su bicicleta y con velocidad iba a paso rápido, escuchaba muchos susurros y risas pero las ignoro como siempre. Ya estaba frente a su destino, tomo una bocanada de aire y se compuso su cabello para entrar teniendo la llamativa mirada de aquel hombre, su corazón se aceleró al verlo unos segundos sonreír, al parecer se divertía con sus amigos.

- Buenos día - era de esperarse que todos o al menos la mayoría lo ignoraran pero no era como que le importase.

- Buenos día Akaza-kun - saludo una linda chica de ojos verdes y cabello rosa, parecía una flor de cerezo.

- Hola Mitsuri-sam - saludo con la mano para dirigirse a su destino. - Buen día Kyojuro - sonrió mostrando sus colmillos. No recibió alguna respuesta pero tener su atenta mirada lo decía todo para él.

Akaza de su bolso saco aquel bento que tenía corazones y se lo entrego dejandolo en su escritorio - Hoy es tu comida favorita - dijo sin borrar su sonrisa. El era quién lo motivaba a qué las clases no fuesen aburridas, como todas las veces se quedó en bobado con su mirada soltando sus feromonas, rápidamente la alarma de su reloj de su mano hizo que saliera de aquello y se diera cuenta que se le iba a hacer tarde.

- ¡Ya me tengo que ir! - cerro su bolso sin antes sacar una bolsita - Como te lo prometí - le dió aquella bolsita con dibujos de cerezos a la chica.

- Oh!, Muchas gracias Akaza-kun eres un ángel - dijo emocionada por el obsequio.

El pelirosa sonrió y salió del salón apresurado, solo faltaban 10 minutos para llegar a su aula y siempre se dilataba 15 minutos para ir a su aula.
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8:28 a.m, era un alivio, había llegado temprano a pesar que sentía que iba a perder un pulmón.

- ¡Que bien que llegaste temprano esta vez! - su delicada y alegre voz supo de quién era dueña esa linda voz.

- Koyuki, buen día - sonrió para acomodarse en su escritorio.

- Vaya, hoy no habrá regaños - el pelirosa relajo su sonrisa y asintió - creo que fue un gran sacrificio despertarte más temprano hermano - se sentó a un lado.

- Un poco - se rasco la nuca para sacar sus libro a los segundos.

- Yo aún no entiendo por qué no te vienes a vivir con nosotros - tomo su mano la linda Omega. El pelirosa negó y lentamente quitó su mano.

- Ustedes ya son pareja, creo que deben tener privacidad, además vivir solo tiene ventajas - guiñó con una sonrisa pervertida.

- Eres un puerco - le tapo los oídos a su pareja.

Perderte por una EstupidezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora