Siete

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- Tierra llamando a Marte - movió sus manos frente al rostro del rubio de puntas de fuego quien había estado ido. - Vaya se ve que piensas mucho.

- Deja de molestar no estoy pensando en él - Rápido se compuso en la silla. - qué paso  Tengue? - pregunto suspirando y viendo qué horas eran.

- Él ? - río de un lado al saber de quién se refería - nunca dije quien pero bueno. - suspiró - En enserio? Si te sentías mal debiste pedir permiso, haz estado muy distraído está semana, te eh estado hablando hace como 15 minutos. - dijo ofendido.

- Estoy bien, solo que con los exámenes me eh quedado despierto estos días. - Respondió peinándose el cabello hacía atrás.

- Baya que se nota, tienes señales de ojeras, deberías dormir mejor y no esforzarte en las calificaciones. - recomendó el albino.

- Si. Tu que estabas diciendo, hace un rato ? - pregunto tomando sus cosas.

El albino se acerco y se sentó en el escritorio.

- Pues que ese niño es un problema, a faltado más de una semana, solo queriendo llamar la atención que estupido que e- el golpe en el escritorio interrumpió, rapido el albino se volteo a ver.

- Ya es hora de dar mí clase, deja de perder el tiempo. - con eso el pelifuego salió del salón de profesores dónde solo tres fueron testigos de su humor.
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¿Por qué actuaba así ? No entendía por qué le molestaba el echo que hablarán mal de él, nunca le molestó antes cuando escuchaba eso. Negó rápidamente, enserio se estaba volviendo loco por no poder dormir bien, solo pensaba en ese niño.

Otra cosa que no entendía era por que pensaba mucho con ese niño. La única respuesta que pudo ayar era que enserio tal vez si se había pasado en hablarle así, tal ves la kanroji tenía razón, tal ves no había sido muy amable con los sentimientos del menor. El Rengoku se detuvo y tomo su mejilla recordando ese día.

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El sonido del golpe fue que lo hizo reaccionar, se había quedado mudo al ver las lágrimas del menor, por qué le dolieron mas de lo normal ? Subió su mirada al ver la pelirosa molesta, no entendía muy bien ¿acaso ella había visto todo?

- Como te atreves! Eres un idiota Rengoku !!! - alzó la voz mientras su pareja y dos compañeros la agarraban para que no se le tirará encima al pelifuego que estaba en shok.

- Amor cálmate.- la intente tranquilizar ya que a pesar que estaba enojada lloraba a mares.

- Que te pasa?! - se sobo la mejilla al sentir el ardor.

- Como te atreves a desearle algo así a Akaza, acaso no te es suficiente con rechazarlo! Por qué eres así con él, él solo busca un poquito de amor de ti, por qué lo haces llorar siempre!! - alzó la voz haciendo que rezonára en la cabeza del pelifuego.

- .. Basta Mitsuri, se que es tu amigo y todo pero deja de meterte dónde no te incumbe, que tu hayas tenido una buena relación con tu destinado no significa que todos las tendrán. - frunció el entrecejo.

- Eres un idiota, hablas que no se puede y no lo sabes, nunca le diste una oportunidad, siempre te aferrarte a esa estúpida idea de que los destinados es una estupidez, mira Rengoku que tu familia se destruyó por un destinado no significa que la tengas que agarrar con alguien que no tuvo ni un poquito de culpa! - se terminó soltando pero se sobresalto al sentir las feromonas del alfa.

- Que ya basta te dije Mitsuri!! Mí vida no te incumbe y lo que pasó no tiene nada de relación con ese niño que solo problemas me a dado, siempre a sido por el que tengo problemas, mira por ejemplo ahora es por culpa de su estupido drama ! - estaba reaccionando muy fuerte ya que se había molestado por lo que su amiga de la infancia había soltado.

- A sí? Eres un tonto, el único que tiene culpa aquí eres tú, tú eres que provoco esto, si desde el principio hubieras aceptado sus sentimientos igual como le aceptabas sus obsequios, tal ves solo así hubieras ahorrado todos los problemas de celos de Akaza. - dijo la chica ahora mas seria.

- Sabes muy bien que esos regalos no le pedía a él, muchas veces le dije que se detuviera, él sabía muy bien que no tenía aprecio por él y aún así me molestaba. El lo que tenía era una maldita obsesión, todos ustedes saben cómo era él y eso no es amor, eso es una estúpida enfermedad. - dijo con molestia.

- Tú eres el estupido, y los que creen eso igual, toda pareja ba a sentir celos de las intenciones malas con su pareja destinada! Cómo mierda querías que akaza no te celara y tuviera que arriesgarse y humillarse si tu lo obligaste a qué terminara así! - grito.

- Yo no obligué a nadie, el sabía muy bien lo que sentía, tú tal ves tuviste la culpa por echarle esa mierda de que el destinado lo tenía que aceptar.

- Rengoku, deja de culpar a otras personas por tu estupidez. - dijo la pareja de la pelirosa.

El Rengoku solo frunció el entrecejo por unos segundos.

- Ella es la que se está metiendo sola. - rodó los ojos y se dio vuelta para tomar sus cosas del escritorio intentando ignorar a la chica pero esa pregunta provoco un nudo en la garganta y unos celos.

- Está bien, yo tuve la culpa de decirle eso y sabes me arrepiento, por qué si hubiera sabido que lo lastimarias ha no poder más no le hubiera dado esperanzas. ... - comenzó a llorar por unos segundos pero luego se seco las lágrimas. - Pero respóndeme Rengoku. ... - el nombrado no la veía - Que pasará el día en que ese niño "estorbo" para ti se enamore de otra persona. - fue como un balde de agua, no había pasado pero eso provoco que abriera los ojos de par en par.

Todos los presentes sabían a lo que se refería la chica, y a pesar que el Rengoku mayor decía siempre que no tenía ningún interés, tal ves ahí había un mínimo que era de su alfa que inevitablemente se sentiría celoso.

- Solo imagínate a él con otro alfa, que ría y reciba el amor, cariño y "pasión" de él...... - El rengoku sintió un nudo y sin darse cuenta había arrugado una cantidad de exámenes, sentía extraño solo imaginarse eso. - Ese día en que veas que ese niño le entrego todo a ese hombre, entenderás lo que el hizo por ti y lo que hizo no fue obsesión. - Con eso la chica se dio media vuelta y salió de aquel salón junto a los que la tenía tomada de los brazos, dejando a un Rengoku que le hervía  su sangre.

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Ya muchas veces le había echo esa pregunta su amigo albino pero nunca le tomo tanta importancia por qué esa pregunta de la chica hacía que se molestará, "¿Por qué ahora si le afectaba?" Era su pregunta.

Sin darse cuenta ya estaba frente a aquella aula, suspiró y lo único que pensó fue. ¿Hoy vendrá?. El Rengoku rápido negó y suspiró pero aquel pequeño aroma provoco una desesperación tomando con rapidez la manija abriendo la puerta, posando su vista directamente a aquel asiento dónde se encontraba aquella cabellera rosa, su corazón comenzó a latir y aquella inundables ganas de abrazarlo llegaron al ver sus bellos ojos ámbar.

Esa sensación de la primera ves que se vieron provoco en todo su cuerpo, soltando su olor a flote.

Continuara.

Perderte por una EstupidezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora