Strange Feeling [Inkerror/Human multiverse]

Capítulo 3 parte 1: Amor insano.

.Narradora Omnipotente.

Volviendo a la actualidad, Error investigaba la causa del por qué los Bad guys hace semanas no hacían maldades. Escribía en su libreta cada observación que veía de ellos o comportamientos extraños. Hasta que se dió cuenta ¿Cómo no se había dado cuenta antes?

Era mucha casualidad que hayan parado todo esto recién llegaban los nuevos ¿No? El rubio de piel oscura se veía que no se acercaba a ellos, incluso pasaba tiempo con su amigo Ink y la muchacha que apenas conocía, Blueberry. Solo quedaba una opción, y era la más acertada... La mellizas de Dream estaba ligada a lo que sucedía.

Así que hizo un plan, creyendo que ese grupo no planeaba nada bueno.

Su plan era algo simple, era acercarse a Nightmare y hablarle, entablar una charla, hacerse su amiga y averiguar todo. Pronto más pensaba en eso pudo divisar como la mencionada en el plan caminaba por los pasillos, potente y con una mirada de superioridad. Su rostro amargo y seco se hacía presente, pero increíblemente este daba un toque sensual, que sabía que le encantaba a los chicos.

Le puso los pelos de gallina cuando vio que tras ella iba el famoso trío, parecían perros falderos tras su dueña y se notaba, ya que a cualquiera que se acercaba a ella lo miraban feo estos tres. Daba gracia, pero era confuso.

Error simplemente se detuvo a escuchar, ya que su taquilla se situaba cuatro lejos de la de la hermosa mujer.

— ¡Oh! Jefecita, jefecita —Llamó el de tatuajes negros bajo los ojos a la de puntas verdes con ese nombre— ¿Nos dejas robarle al menos el desayuno a alguien? Tengo hambre y Horror también, ya sabes que si él tiene hambre se vuelve todo un zombie, ja, ja.

— No. Ya les compraré algo ¿Sí? ¿Qué es lo que dije? —Los miró la de iris esmeralda.

— Que no robemos —Dijeron al unisono los los tres.

— A pesar de que tengo ganas de golpear a los que me están mirando, por ahora no haré nada sin su permiso jefa —Destacó el de capucha puesta.

— ¿Segura Dust? ¿A pesar de los demás? Creo que esas muchachas te miran con asco. —Dijo provocante el de cabello oscuro.

— Killer, ya te dije que soy chico... —Con un leve enojo le corrigió.

—Sabes que me da igual —Le enfrentó dando un paso amenazador, acorralándolo en una taquilla al lado de la de Nightmare.

— Hijo de perra... —Recibió una cachetada el acorralado, el cual llevó su mano a su mejilla frotando la zona golpeada.

— Hey chicos, en público no empiecen —Con un tono terrorífico habló el pelirrojo de venda en cabeza.

— Exactamente, paren de pelearse y Killer, como te vea siguiendo con esa actitud ante el gusto de Dust juro que te colgaré de un árbol —Espetó amenazadora y muy fría la bella mujer de tez oscura.

— Vale, está bien jefa —Se separó del de bufanda rojiza rasgada— pero sabes que no le afecta en nada, así me ama ¿No es así Dusty?

— Te partiré los huevos y te los pondré de cena.

— ¿Lo ves? — Señaló a la que mencionó.

Error al ver tales escenas confirmó sus sospechas, el trío ahora era modelado por esa muchacha nueva que, al parecer, conocía al Bad time trio desde hace bastante. Y también confirmó que la pareja que antes se insultaba era realmente tóxica.

Pero, alguna vez se habían preguntado ¿Qué sucedió con cada uno? Es decir, nos presentan al grupo y por ahora la de bufanda azul tenía la duda de siempre «¿Qué sucedió para que llegaran a ese punto?».

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Año 2045.

Luego de que la Tercera guerra mundial, las cosas económicamente en Europa y Asia no iban muy bien que digamos. Así que hubieron muchos inmigrantes que llegaban a América para tener una nueva vida, por suerte el hecho de que en los otros continentes haya ido tan mal por la guerra pudo servir para que los recursos de tanto América del norte y América del sur subieran, esto sumando todos los inmigrantes nuevos.

En USA llegaba al aeropuerto una carga de nuevos viajeros, estos mayormente de Sur Corea y Japón, que también se habían metido en la disputa ya antes.

Una pequeña familia Coreana salía del avión con pequeñas maletas. La estaba compuesta por tres integrantes: Un padre y dos niñas.

Tenían la suerte de que ya antes había familiares de estos en el país, lo que pudo facilitar las cosas. La más menor miraba todo confusa, viendo gente correr y risas, viendo cómo algunos corrían a abrazarse y que nadie esbozaba un rostro tan largo. Y bueno, mientras iban al parking el hombre llamaba por teléfono, hablando en inglés, confundiendo por obvias razones a la menor, menos por parte de la mayor que —a pesar de no ser un idioma que entendiera muy bien— lo había estudiado en el colegio.

Esperaron por horas hasta que un coche negro llegó donde ellos —uno muy elegante— que abrió sus puertas delanteras hacia arriba en vez de tradicionalmente.

Una mujer de cabello rojo teñido salió de la parte del piloto y se dirigió sería hacía la pequeña familia.

— 안녕하세요 [hola] —Saludó la muchacha en coreano, mientras que abría sus brazos para recibir un abrazo.— Cuánto tiempo Seung.

— Gyeong-hui —Nombró el hombre de cabello negro mientras la rodeaba con sus brazos, con algo de alegría.

— Tienes una cicatriz muy fea, deberías maquillarla— Le brindó unas palmaditas en el hombro al señor, para después separarse y mirar a las niñas.— Oh ... ¿Ellas son tus...?

— Hijas. Sí, son mis hijas —Suspiró y acarició las cabezas de las niñas— La mayor se llama Meonji y la menor Jiyu.

—Vaya son muy bonitas —Sonrió un poco la mujer, a pesar de que se notaba su aire serio— ¿Meonji? ¿Eso no es...?

— Dust... Llámeme Dust, señorita...— Con mucha dificultad dijo la de piel casi pálida mientras se echaba más atrás.

— Oh, está bien pequeña Dust.

— Bueno, es hora de irnos a la casa ¿No? De verdad te agradezco que nos dejes vivir contigo hasta que podamos tener una casa, hermana.— Aclaró Seung mientras caminaba hacia el coche con la nombrada y sus hijas.

— No hay de qué, para eso está la familia ¿No? —Entró al coche mientras hablaba. (...)

Ya en la casa se pudo ver qué era acogedora, además de muy lujosa. Las dos hermanas se dirigieron a ver las habitaciones cuando ya habían entrado mientras que los dos adultos estaban en la cocina platicando de unas cosas.

Todo había ido tan rápido que no sabían cómo las dos muchachas se lo podrían tomar, iban a haber muchos cambios y tendrían que acostumbrarse a todo eso...