Besos, besos y más besos. Eso es en lo que nos encontrábamos Jughead y yo en este momento, me encontraba todavía encima de él mientras me tomaba de la cintura haciendo una presión para acercarme un poco más a él si es que se podía ya que en verdad estábamos demasiado pegados.
Me gustaría poder decir que lo que estamos haciendo está mal pero sinceramente no creo que sea el caso.
Las manos de Jughead paseaban por toda mi espalda y de vez en cuando sentía un ligero roce por mi trasero, de igual manera yo pasaba mis manos por su espalda y su cabello que ahora me doy cuenta es demasiado suave.
Dándole un nuevo giro al asunto el comienza a descender de la boca hacia mi cuello poco a poco causando que soltara uno que otro jadeo y mordiera mi labio inferior para intentar dejar de hacerlo. Cuando llego a mi cuello, beso y lamió lo que le dio la gana pero no paro ahí, también su mano que antes rozaba amenazadoramente mi trasero, había tomado el control y por fin se posó en el apretando y soltando a su antojo haciendo que mis jadeos se volvieran más intensos.
Inconscientemente comencé a moverme sobre él, de adelante hacia atrás.
Jughead entendió que quería más.
Cuidadosamente hizo que quedara acostada sobre la cama y el se posó encima de mi cambiando totalmente los papeles entren otros, se posicionó de tal forma que quedara el entre mis piernas y yo no puse alguna objeción en eso. De hecho, quería más.
Mientras seguíamos besándonos sentí como una de sus manos se escabulló dentro de la camiseta que llevaba puesta, subió y subió hasta toparse con mi sujetador y entonces se detuvo. Me miro directo a los ojos y se quedó así unos momentos hasta que de la nada me quito la camisa que llevaba.
En ese momento maldecí por no llevar nada más que mi ropa interior y la camiseta ya que así quedaba casi expuesta ante el. No me dio vergüenza que me mirara de esa manera. Volvió a besarme bruscamente pero ese beso era diferente, era más intenso.
Decidí deshacerme de su camiseta y de su pantalón lo más rápido que pude, ambos ya nos encontrábamos en ropa interior. Jughead volvió a recorrerme con la mirada y entonces sin previo aviso dirigió su mano a mi entre pierna haciéndome gemir al sentir su tacto en mi intimidad.
Comenzó a mover sus dedos sobre mis panties en círculos haciendo que más gemidos salieran de mi boca, hace mucho no sentía nada de esto.
—N-necesito que te sientes un momento— me pidió con voz ronca
Hice caso y me senté, Jughead repartió besos por toda mi clavícula y decidió ponerle fin a esa tortura, desabrocho mi sostén y comenzó a atacar mis pechos con su boca.
—Jug...yo...yo...—intenté terminar lo que iba a decir pero el tenerlo de esta manera estaba haciendo que perdiera toda mi cordura.
Estando el sobre mi mientras lamía y mordía mis pechos y yo con ganas de más, puse mi mano encima de su miembro acariciandolo a lo que obtuve un gruñido de su parte. Metí mi mano dentro de su bóxer y saqué lo que había ahí...de repente, todo paro.
Mi respiración estaba agitada, pero no se debía a mi intensa sesión de manoseo diría vulgarmente Fangs, se debía a que Jughead había parado. Mi mirada busco la suya en busca de algún indicio del porqué había parado pero el solo frunció el ceño, se paró rápidamente y se acomodó el pantalón para luego ponerse su camisa la cual no había notado que le había quitado en algún punto de nuestro pequeño momento.
El se va a la sala y yo lo seguí también intentando acomodarme la ropa torpemente. Al llegar a la puerta el nota que lo estoy siguiendo.
—¿A dónde vas?— pregunté
—Eso no te incumbe— responde secamente
Ahora la que frunció el ceño fui yo.
—¿Qué no me incumbe? Por supuesto que me incumbe
—Alto ahí, ¿acaso crees que solo por qué tuvimos ese pequeño momento yo te debo algo? No te confundas, tú y yo no somos nada.
Sin decirme nada más abre la puerta y cuando la iba a cerrar vió mi mirada triste, no sabía porque lo estaba pero el solo me recorrió con la mirada y cerró la puerta bruscamente.
Cuando ya no lo escuché cerca pude respirar, hasta ahora pude darme cuenta que desde que salimos de la cama estuve conteniendo la respiración, mis ojos dolían y sentía como mis pulmones ardían.
¿Por qué tenía ganas de llorar?
Porque no querías que se fuera estúpida.
Puse los ojos en blanco, lo que me faltaba, hablar sola con mi mente.
Di la vuelta dirigiéndome hacia el cuarto pero me detuve en seco.
No había escuchado que le pusiera seguro a la puerta.
Mi mirada tomó brillo y rápidamente abrí la puerta y esta cedió.
La maldita puerta estaba abierta.
Yo...yo podría escapar por fin y darle un cierre a todo esto.
Abrí un poco la puerta y di un vistazo para confirmar que no hubiera nadie afuera, así era. Corrí al cuarto y me coloqué un pantalón negro y mis demás cosas, al final volví a colocarme lo que para mi era una segunda piel. Me coloqué mi chaqueta de las serpientes.
Le di un último vistazo a la que fue mi cárcel los últimos días. Definitivamente no la extrañaría.
A la casa no pero a alguien si...
Sacudí la cabeza y antes de irme tomé una navaja que escondí detrás del refrigerador que le logré robar a Jughead una vez que el llegó de madrugada y pensó que estaba profundamente dormida.
I'm back bitches
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Serpents
Novela JuvenilBienvenidos a Riverdale, un lugar tranquilo, amigable y seguro donde podrás...bah. ¿A quien quiero engañar? Riverdale es por lo menos el peor pueblo para vivir que te puedas imaginar, no entraré en detalles solo pondré una cosa, lo único bueno aquí...