Capítulo 8

555 55 18
                                    


𝚄𝚗𝚊 𝚟𝚎𝚜𝚝𝚒́𝚊 𝚙𝚞𝚎𝚍𝚎 𝚘𝚕𝚎𝚛 𝚎𝚕
𝚘𝚕𝚘𝚛 𝚍𝚎 𝚘𝚝𝚛𝚊 𝚟𝚎𝚜𝚝𝚒́𝚊


Reki ahora se encuentra frente de su hogar, camina desanimado en dirección a su cuarto.

—Reki, ¿vas a cenar? ——pregunto su madre desde la puerta de la cocina.

—No…——dijo sin ganas.

Sus hermanas, quienes estaban mirando la televisión en la sala notaron el aura deprimente de su hermano. Koyomi frunció levemente él entrecejo. Al parecer su tonto hermano había vuelto a pelear con su amigo.

—Reki idiota…

Reki no volteo a verla pero sus labios se tensaron y su frente se arrugo y con voz lastimera dijo.

—Si… lo soy…

Continúo su caminata hacia su cuarto. Cerro la puesta ras de el, dejando a toda su familia sorprendida y preocupada. 

Se dejo caer en su cama, mientras se volvía un ovillo en ella. Su vista se nubla, mientras siente que el calor abandona su cuerpo para sumergirse en un mar tormentoso.

—Tadashi… ¿Por qué me haces esto…?

El agua salada resbala por sus mejillas hasta perderse en su almohada. Trata de contener sus pequeños espasmos, sin tener excito alguno. Sabe que en este momento su celular está sonando constantemente pero no quiere ver quien lo busca…

—¿No confías en mi…? Tadashi… Tadashi ¿realmente me amas…?

Se cubrió por completo con las colchas, dejando que toda su frustración y sufrimiento se escapara en forma de lágrimas. Aun dormido no dejo de llamar a Tadashi… deseando que el apareciera y lo consolar.

Pero eso no sucederá…  




Con Ainosuke.

El peliazul estaba desayunando con sus tías, estas empezaron hablar presionando a Ainosuke a tomar medidas para proteger su reputación.

—Deberías ir a visitar a todos tus benefactores. Es importante solidificar tu organización.

—hemos hablado con el jefe de la familia sobre tus arreglos matrimoniales.

—Te decimos todo esto por tu bien, Ainosuke.

—Sí. Todo es por tu bien.   

.
.
.

Ainosuke ahora se encuentra en su oficina mientras fuma un cigarro. Dio media vuelta en la silla y extendió a Tadashi una invitación en forma de corazón, de color negro.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
No me dejes amándote Donde viven las historias. Descúbrelo ahora