Matrimonio Fingido; jjk ✓

44-[Esta aquí]

» Sanaré. Sanaré y seguiré, a pesar de las heridas que llevo grabadas en cada parte de mi piel. Esto pasará. Tiene que pasar.

Como el viento que deja hojas de los árboles al andar, como el mar que al soltar las olas deja secuelas de arena por el andar. Todo vuelve a su lugar, todo vuelve a renacer. Hay más de donde venir, y más por donde ir. «

Me he despertado luego de haber dormido en el sofá del cuarto donde me han dejado después de ver cómo golpeaban a mi chico. La tristeza invade mi ser al recordar que más cosas no van bien, que no puedo hacer nada para tratar de que mejoren, es frustrante ver como todo se derrumba a tu alrededor.

Simplemente una ansiedad que carcome el alma, el corazón, la tranquilidad y la calma que tenemos en la mente. No tengo ganas de nada, no puedo moverme gracias a la pesadez de mi cuerpo. Estoy cansada, cansada de este dolor mental.

No puedo más. No quiero esto. Y es mi culpa.

Que coraje tenía al ver todo lo que le estaba pasando, por mí. No podía ayudarlo, y que dolor sentía al escucharlo decir que me protegería, cuando ni él podía ponerse de pie.

¿Les ha pasado? Es como una madre que cuida a sus hijos, aunque hay problemas financieros siempre trata de conseguir lo esencial para ellos. Aunque ya no tenga nada en los bolsillos. Aunque se este destrozando ella misma para conseguirlo.

Él decía que me cuidaría.

No quiero que su recuerdo vague por mi mente con dolor y sufrir, quiero comenzar a recordarlo con aquella sonrisa que me conmueve el corazón, que me llena de pecas las mejillas, quiero su carisma de siempre. Recordarlo feliz, quiero guardar ese recuerdo para siempre. Conmigo.

Aunque el esfuerzo que hago es durísimo, y pretencioso, no logro apaciguar la tristeza que me agobia. No siento siquiera ganas de levantarme para tratar de huir de este asqueroso lugar, o de las garras de un imbécil a donde yo me vine a meter solita.

Estoy sucia, doy asco, y me siento asquerosamente decepcionada de mí persona. Por buscar cosas fáciles, se me hicieron agua las difíciles en un vaso. Y ahora estás están sobresaliendo de mi pequeña y angosto vaso.

—¡Buenos días, preciosa! —no me levanto al escucharlo, sé que es él, y sé que está entrando por la única puerta para avisarme que tal vez estoy lista para lo que sea que se le ocurra hacerme. Viene campante y limpio, es un maldito—. Te tengo muy buenas noticias.

¿Nos dejarás ir y tu obsesión por mí acabará pronto? Dejarás de pensar que me parezco a tu chica que decidió partir de este mundo gracias a la depresión. Dime que es eso, por favor. Si no, no son buenas noticias para nadie.

Me levanto precipitadamente cuando de su boca salen las palabras: "buenas noticias", y aunque claro está que para ser buenas noticias, solo son buenas para él. No pierdo la esperanza.

—Por favor, solo déjanos ir...—ya no me importaba perder el orgullo, esto era un condenado infierno. Él se rie de mi acto seguido. Se sienta a mi lado para acariciar mi mejilla.

—Taehyung ha respondido a mi llamada telefónica, y está más que vuelto loco por tenerte en su poder. — dulcifica su voz al pronunciar su última frase. Suena un poco satisfecho en lo que dice, aunque su seguridad va a doble plano, pues alñ parecer sabe que Taehyung no vendrá solo. Y mucho menos le dejara el camino fácil.

Sé que Taehyung tiene un plan bajo la manga. Él no nos dejara aquí, no así. No después de lo poco que pasamos, que para ser sincera; fue tan verdadero. Y él me lo demostraba.

Me toma del mentón siendo un poco tierno, y me acerca a él para susurrar sus últimas palabras antes de cargarme como princesa y sacarme de ese lugar apestoso.