CAPÍTULO 8.

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(Es ella.)
unos seres extraños similares a la anatomia de un humano pero mas altos,de un color rojo, sin rostro, sus cabezas son blancas, un cráneo sin ojos, sin boca... nada, solo blancas; sus largas piernas, delgadas y escualidas; sus brasos, largos y escualidos, los cuales tocaban el suelo y en sus extremos manos huesudas, largas y blancas como sus cabezas; sus torsos jorobados delgados con las costillas marcadas en ellos.
Estos seres me rodeaban cuando habría mis ojos en ese momento pensé que nos Iban a asesinar súbitamente sin piedad, estos seres saltaron sobre nosotros por cada lado, al parecer con intencion a propinarnos una dolorosa tortura, ambos cerramos nuestros ojos sobretapandolos con el antebrazo y tirandonos al suelo a cuclillas...
Nada, no se sentia nada, no paso nada. cuando abrimos los ojos, habían desaparecido estos seres el arbol tampoco estaba pero nos encontramos rodeados de una multitud de personas pero nadie nos daba la cara, todos nos daban su espalda, era una especie de selda humana, nos tenian acorralados; despacio nos levantamos del suelo sin apartar la vista de aquellas personas aun confundidos, no sabe exactamente qué pasa, cuando en un segundo toda la gente se volvio a nosotros,y en sus rostros se reflejaba una expresión de susto o quiza de sorpresa, sus pupilas ligeramente dilatadas, sus labios resecos y con sus cejas arqueadas.
no reconocia a nadie, levantaron sus brazos y sus manos apuntaban hacia nosotros. de momento se hacercan a nosotros con paso lento y con sus uñas rasgaban nuestras prendas de ropa hasta dejarnos desnudos, lo siguiente que note fue que todos se derretían -cual vela al fuego de hoguera-, la gente se convertía en charcos de sangre espesa, toda gota esparcida en el suelo se junto con otra y otra, hasta ser un sólo charco a nuestros pies dejándonos totalmente rodeados.
la sangre se trepo por nuestros cuerpos hasta nuestro cuello -con una textura espesa pero suave y tibia-, nos cubrió la sangre hasta la altura del cuello, volvió a apartarse de nosotros y nos dejo unas vestiduras negras, unas tunicas o algo similar, después en el suelo la sangre se transformaba en insectos, millare de ellos, escarabajos, cucarachas, homigas, moscos, etc; se nos subían por todo el cuerpo, corrían tan rápido con sus diminutas patas pero era imposible el reaccionar apartándolos, se introducían debajo de las vestidura y por encima de ellas y se metían en las heridas, era una sensación horrible, no existe comparación para tal dolor.
Dos de los insectos suven por mi cuello, sus patas son como agujas, trepan por mis mejillas y se posan en mis ojos tapandolos, no duraron mucho, por maximo diez o quince segundos; mientras su patas delgadas y diminutas recorrían mi rostro hasta apartarse finalmente de mi, -la sensación de las agujas vuelve, es un trayecto marcado a gran velocidad, duele demaciado-, pude observar, yo estaba solo en un cuarto totalmente negro, solo cuatro muros levantados a cada lado, un suelo y un techo, otra vez encerrado.
-joder, pinches muros, que no pase de nuevo- dice Uní.
-oh, no- digo con un tono de desaliento.
Mi abuelo desaparecio, los insectos salieron de mi cuerpo y comenzaron a formar el de una mujer, comenzando por sus pies, piernas, muslos -miro con atencion mientras un insecto pasa sobre otro formando el cuerpo-, pasan a formar el torzo, los brazos, el cuello y finalmente su rostro.
Sandra, es Sandra frente a mi y tendía su mano pidiendo la mia-me tranquiliso- y la tomo, entrelazamos nuestros dedos -los suyos fríos y delgados, pero suaves y delicados- me levanto, nos miramos a los ojos-veía en ellos ese brillo característico y su pupila que crecía y se encogía conforme a su respiración.
-esto no es bueno Andrew, para- dice Uni, pero tercamente lo ignoro.
Este es un momento muy profundo - nos besamos- sus labios con textura similar a la de un malvavisco... dulce y suave-,de repente toda esta ternura y sentimiento se desvanecio.
Ella empuño su mano aun con la mia esntrelazada en ella, clavó sus uñas en la parte trasera de las mías, soltó mis labios.
-te lo dije- me reprocha Uni, pero en el estado de shock no puedo responderle.
no comprendía, entonces paso a su siguiente movimiento:me soltó las manos, ya empapadas e impregnadasen sangre, las puso las suya contra mi pecho, sujeto mi camisa empuñándola, me elevo unos centímetros del suelo -rozando las puntas de mis pies contra él- para finalmente tomar la decisión y me lanzo contra un pared fuertemente, mi espalda impacto la pared y el crujir de mis huesos rompió el silencio de nuestras bocas, no sabía qué hacer,ella se acercaba a mi rápida mente, mientras me encontraba tendido en el suelo.
-¡para!- grite con mi mano extendida en gesto de que se detuviera.
-¿¡qué te pasa!? Soy Andrew ¿!acaso no me reconoces!?- no me respondía, ni se inmutaba por lo que habia dicho.
-Tengo miedo- dije mas para mis adentros.
Tomo mis pies y me arrastro hacia ella, no tenía en donde poder agarrarme, mis uñas rasgaban el suelo y mis dedos me dolían, ella volteo mi cuerpo mirando hacia ella en el suelo y con sus manos me golpeaba el rostro, el dolor nunca antes lo avía experimentado, su rotro permanecia inmovil, hasta que tomo mi rostro por mi barbilla, paso su pulgar por mi labio inferior.
Me miro a los ojos y comenzó a llorar con una sonrisa diabólica en su rostro, lo cubrió con sus manos y cayó en el suelo de espalda, pero no lo golpeo... su cuerpo se desvaneció en cientos de semillas que rapidamente se las trago el suelo y de el brotaron espigas de trigo, segundos después, salió mas alrededor de mi al momento que caian los muros y desaparecia el techo sobre mi.
-¡¿que porquería acaba de pasar?!- dice Uní con expresión de asombró.
-nose, espero ya se haya acabado esto.-respondo.
Pensé que ya avía salido de esta pesadilla, me levante, mire a mi alrededor y me tranquilice cuando de pronto pise un pequeño lago oculto dentro de toda este trigo, había algo allí en el agua oscura, era un cuerpo boca abajo - muerto al parecer- y con mi pie lo voltee

En un lugar desconocido.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora