Amigas de infancia, separadas por el destino, se vuelven a encontrar, pero no se reconocen y finalmente tienen un amor mutuo que les costara admitir.
La vida de ____ Baskerville-Edwards no fue nada fácil y llegar hasta donde esta ahora fue por su pr...
Y ahí estoy yo, de idiota, creyendo que ella correspondía mis sentimientos. ¿Por qué simplemente no me pudo gustar alguien más? ¡Alguien más fácil! Justo en ese momento, mis amigos y las dos amigas de Sadie salieron de entre los arbustos como si fueran parte de una escena de telenovela y me abrazaron.
—Ay... el amor es tan doloroso, pero a la vez lindo —dijo Olivia, acariciando mi cabeza como si fuera un cachorrito abandonado—. Si yo fuera ella, hubiera aceptado.
—Pues gracias —dije, con sarcasmo, mirando el camino por donde se fue Sadie.
—Le gustas —dijo Amybeth, y yo volteé a verla con escepticismo.
—¿En serio? No lo parece... —murmuré, cruzándome de brazos.
—No sabe cómo decirlo. Siempre piensa en él y lo manda todo a la mierda —dijo Amybeth, como si fuera un hecho universal.
—Siempre lo hace —asentí, suspirando—. ¿Usamos el plan B? —preguntó Jenna, y todos asintieron en silencio, como si ya lo tuvieran todo calculado.
—¿Cuál plan B? ¿El de los que cantan Frikitona? —pregunté, apoyándome en el hombro de Olivia. Todos rieron y negaron con la cabeza.
—Ponerla celosa, es la forma más fácil en la que admite las cosas. Ella ya lo confesó: no le gusta verte con Loren —dijo Sabrina, y Amybeth la miró con una sonrisa maliciosa, cómplices de la travesura.
—Mañana ve al centro comercial con Loren. Nosotras llevaremos a Sadie, y entonces veremos de qué son capaces sus celos —añadió Sabrina, con la seguridad de una estratega militar.
—Agradezco su idea, pero... Esperen, ¿están de mi lado? —pregunté, un poco sorprendida de la alianza repentina. Ellas asintieron con convicción—. No sé si a sus novios les guste la idea...
—Corrección: ex novios —dijo Amybeth, con un tono triunfal, y Sabrina asintió como si fuera el fin de una era.
—Bien, bien... entonces avísenle a Loren. Ah, y solo un beso, nada de... ya sabes, porque si no, Sadie te corta los dedos —dijo Amybeth, y yo solté una carcajada.
—Esperemos que este plan funcione —dije, más para mí misma, aunque todos sonrieron como si estuvieran seguros de la victoria.
A pesar de todo, los celos suelen funcionar, y con Sadie es más que evidente. Además, no me rechazó... ¿cierto?
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