Un dia, solo uno.

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*Punto de vista*
Me desperté abrazado de Rigby junior.
- No me despertaste - rete a Rigby junior - ya es de noche, es mejor que volvamos a la casa.
Camine tranquilamente, viendo las estrellas. Tenia los días contados para año nuevo, solo unos dos días...
Me siento nervioso, volver a ver a Mordo, volver a olerle, volver a abracarle... Cuanto lo extraño.
- ¿Porque tan embobado amigo Rigby? - se burlo Musculoso.
- Tu calla - lo mire de reojo - olle, ¿donde esta Fantasmin?
- El esta durmiendo... - río nervioso.
- Termino cansado - yo y mi bocota.
- ¿Cansado de que? - me pregunto.
- Nada, nada. De mucho trabajo - dije intentando caminar disimuladamente.
- Si que eres raro - se fue... Bien.
Subí, y al pasar oír la oficina de Benson, no se escuchaba nada - alivio, podría dormir en paz -. Entre a mi habitación. La vida, y recordé esos momentos con Mordo, esos tiempos en donde el no sabia quien era, y mirennos ahora, una pareja distanciada.
Me acosté en la cama de Mordo - sin antes acostar a Rigby Junior en la mía -, ya que la cama de Mordo era cómoda, tenia su aroma, y tenia muy buenos recuerdos.
- Mañana solo un día... - con eso certeza mis ojos y dormí profundamente.

*Punto de vista de Mordecai*
Me desperté por unos ruidos de la cocina. Me deperte con un bate, llendo sigilosamente a ver al delincuente que rodeaba por mi cocina, y me quitaría mi comida.
- ¡Sube las manos maldito, y ni pienses en tocar mi comida! - grite al llegar a la cocina.
- Calma - subió las manos la chica.
- Pero Cj, ¿como entraste? - baje el bate.
- Ayer me dejaste durmiendo en el sofá, ¿no recuerdas?
- Sinceramente... No - vida la cocina - Wafles, que delicioso.
Me senté en la mesa, y Cj me sirvió. Se sentó al frente mio, esperando a que los probara. Comí e inerme saborear los wafles, pero... No eran d emisión gusto.
- ¿Que paso? - se preocupó, ya que puse una cara de zombie.
- Están muy malos - dije directamente.
- Podrías haberlo dicho mas sutil, también tengo sentimientos - se paro de la mesa - me voy, mis padres ya llegaron.
- Adiós - mire al horizonte.
- ¿Me iras a dejar a la puerta?
- No creo que sea tan difícil abrirla - con el se fue hecha un humo.
- Iré a buscar los pasajes... - me su a vestir.

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- No hay pasajes hasta después de año nuevo - me dijo la señora vieja decrépita mal nacida y maldita.
- Revise otra vez - la señora suspiro y miro su pantalla otra vez, como unas diez veces la ha visto.
- Lo siento joven - me mostró la pantalla - no hay pasajes, si quiere puede comprarlos para después, y si no, hay una puerta de salida por la izquierda.
- Mierda... - susurré, tenia una sola salvación.
Salí del lugar - obviamente le agradecí de muy buena forma a la señora vieja decrépita mal nacida y maldita - y cogí un taxi.
Fui a mi casa. De vuelta sin los pasajes.
Agarre mi móvil y marque ese numero.
- ¿Aloh?¿Mordo? - respondio esa voz que tanto la había escuchado estos últimos días.
- Si, Chris, necesitó tu ayuda, urgentemente - dije casi suplicando.
- Claro, sabes que yo te haré cualquier favor. Pero tienes que decir las palabras mágicas - dijo riendo, se estaba burlando de mi orgullo.
- ¿Abrete sésamo?
- No.
- ¿Alakazam?
- No.
- ¿Abracadabra?
- No~ - se empezó a reír.
- ¡Por favor! ¡Por favor! ¡Por favor! - estuve toso el rato repitiendo esas palabras, hasta que se harto.
- Ok, ok, te ayudó, ¿que quieres?
- Que me lleves a la fiesta, no quedan pasajes para antes de año nuevo - dije un poco triste.
- En ese caso, como no. Te ayudare sin problemas si se trata de la felicidad de Rigby.
- Gracias, amigo - dije algo aliviado.
- Muy bien, somos amigos - se le escucho feliz - Bueno, aquí me despido, tengo que ir a peinar a Cloyd, adiós.
- Adiós - colgamos al mismo tiempo.
Bueno, ahora recogería mi orgullo, e iría con Chris, además llegaría con estilo

Morby ~Año Nuevo~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora