- ¿Chad? - lo mire con miedo.
- ¡Rigby! - se abalanzó a mi, a lo que yo lo separe - veo que sigues siendo igual de terco.
Se acercaba peligrosamente a mi cuando escuche a alguien gritar mi nombre.
- ¡Rigby!, ¡Castaño! - sin dudarlo era Mordo.
- Aquí estoy - dije alejando a Chad.
Mordecai vino corriendo hacia mi. Me dio una gran abrazo.
- ¿Quien es el? - pregunto apuntando a Chad.
- ¿Como que quien soy? Yo te voy a enseñar quien soy - dijo furioso.
- Es un amigo Mordo - dije deteniendo a Chad.
- ¿Lo conozco? - empezó a verlo con más detención.
- Si, también era tu amigo - Chad me miró con una cara de ¿a eso le llamaba amistad?
- En ese caso - estiró su mano - un gusto, Chad.
- Ajamm... - saludo con algo de desconfianza.
- Bueno Rigby, ¿no vamos?
- Ok... ¡Adiós Chad! - me alejaba agitando mi mano.
- Adiós - se quedo sentado.
El camino era muy silencioso, nadie decía nada, odiaba los momentos así.
- ¿Porque estabas con Chad? - rompió el silencio.
- Bueno, se sentó a mi lado, y allí lo reconocí.
- No quiero que te acerques más a el ¿entendido? - dijo algo serio.
- ¿Porque?
- Porque me da mala espina, además - me tomo de la mano fuertemente - eres mio Castaño.
¿Pero quien se creía? Ni siquiera eramos novios y ya está celoso. Intente soltar mi mano de la suya, pero no pude, no porque Mordo no me dejara, sino que algo dentro de mi quería permanecer a su lado, por siempre.
Otra vez volvimos al silencio, pero ya no era incomodo, estaba con el y eso bastaba. Aunque, dos personas estaban en mi cabeza, Chad y Aileen. Me alegra tanto de que Aileen este en esta ciudad, ahora usaba anteojos, los cuales antes no usaba. Igual se veía bien...
- ¿Que piensas con esa cara de embobado? - me saco Mordo de mis pensamientos.
- N-nada - desvíe la mirada.
- ¿Seguro? - me miró con una sonrisa pícara.
- No estoy pensando lo que tu crees que estoy pensando.
- Yo creo en que estás pensando en lo que yo creo que tu estas pensando.
- ¡Ya! - dije ya cabreado.
- Mi Rigby se ve tan tierno cuando se enoja - me tomo una mejilla.
- Pff - me sonroje.
Caminamos hasta el parque, allí nos esperaba Ben son con unas noticias, según el, buenas.
- Bueno chicos, reciban a sus nuevos compañeros - hizo la presentación.
En mi cabeza solo pasaba una palabra, MIERDA.