Capítulo 10: ¡Maldito Barco!

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~Capítulo 10~

Desperte cuando Leo comenzó a sacudirme del hombro. Me había quedado dormida, genial.

-¿Qué pasa? - dije algo adormilada.

-Ya llegamos Naomi - dijo Leo sonriente.

-¿A dónde? - dije restregándome los ojos.

-Ven.

Me tomó de la mano y me arrastró hasta la puerta del bus.

-Adiós Argos - le gritó Leo.

Yo le hice un gesto con la mano y el asintió.

Bajamos y el bus se fue, nos reunimos en...

-Leo, exactamente ¿En dónde estamos?

-Se nota que eres mala ubicándote - río Nico.

Lo fulmine con la mirada.

-Leo, ¿Me puedes decir en donde estamos?

-Querida-paso su brazo por mis hombros - estamos en New York - dijo Leo con una sonrisa.

-Oh, cierto y... ¿Qué hacemos aquí? - dije quitando su brazo.

-Eres muy preguntona, ¿Te lo han dicho antes?

-Cállate Valdez - lo fulmine con la mirada.

Nico se rió por lo bajo, mire hacia atrás y este se encontraba como a 3 metros.

-¿Por qué tan lejos, sombritas? - dije acercándome a él.

-No me llames así - su semblante cambio rápidamente, el ceño fruncido volvió y su voz más fría.

-Perdón - dije cabizbaja.

Este se percató de como respondió y se relajó.

-Lo siento - dijo dedicándome una sonrisa.

Seguimos caminando con Leo haciendo ridículas bromas de la cual solo yo me reía, mientras Nico rodaba los ojos.

-¿Leo hacia donde nos llevas? - preguntó Nico.

-No te preocupes, solo síganme.

Caminamos un rato y Leo dobló en una esquina, ocupando casi la cuadra estaba un local, este se encontraba destrozado y abandonado. El letrero seguía en pie, por alguna razón, "El gran herrero" se leía en grande.

-Wow, ¿Por qué nos traes a un lugar abandonado?

-Entren.

Entramos con cuidado al lugar, caminamos hasta la parte trasera; era un lugar muy amplio en donde habían muchas herramientas tiradas en el piso.

-Y... ¿Qué estamos esperando? Solo tenemos 1 semana - dije con un leve tono de molestia.

-Espérenmen aquí- nos dijo Leo mientras se iba por la puerta, que técnicamente era solo el marco. Estaba con Nico en la sala, con un silencio incómodo. Como de costumbre, no podía quedarme quieta, así que me senté en el suelo junto a las herramientas y tomaba algunas creando... Cosas extrañas a decir verdad, no sabia que hacia.

Mientras jugaba con la herramientas sentía la mirada fría del chico a mi lado clavada sobre mi, intentaba ignorarlo, pero a medida que el tiempo transcurría se me hacía más complicado, se hacía más y más incómodo. Después de un rato, Leo entro en la sala con una sonrisa y traía algo detrás de su espalda. Me levante de un salto y Nico apartó su vista de mi.

-¿Qué traes ahí? - pregunte curiosa mientras me acercaba a él.

-Intrusa - dijo mi hermano riendo, sacó lo que tenía detrás de la espalda y era un mando de Wii, lo mire extrañada.

Me enamoré del lado oscuro; N. DI ANGELODonde viven las historias. Descúbrelo ahora